CBD vs THC

Últimamente hemos escuchado mucho hablar del CBD y lo que la mayoría de la población sabe al respecto es que tiene algo que ver con el cannabis o la mariguana. Y aunque esto no es errado, si existe una gran diferencia entre CBD y THC, pero antes de entrar en ese detalle debemos conocer qué significan estas siglas.

Los humanos hemos usado el cannabis por siglos, pero solamente en los últimos 50 años es que emergió el entendimiento científico de cómo es que la planta trabaja en el cuerpo humano.

Los cannabinoides son componentes encontrados en la planta del cannabis, estos interactúan con nuestro Sistema Endocannabinoide (SEC), el cual es un mecanismo de señalización localizado en nuestro cuerpo y es responsable de regular muchos aspectos de la homeostasis. Esta habilidad de “regular la regulación” es un atributo muy valioso del cannabis como medicamento, pero requiere un enfoque informado para que pueda ser usado correctamente.

El SEC regula muchas funciones diversas como: la memoria, digestión, función motriz, respuesta inmune e inflamación, apetito, dolor, presión sanguínea, crecimiento de los huesos, protección del tejido neural, entre otras.

Los 2 subtipos primarios de receptores en el SEC con CB1 y CB2. Estos receptores están distribuidos en el sistema nervioso central y el sistema inmunológico, así como en otros tejidos incluyendo el cerebro, el sistema gastrointestinal, tractos reproductivos y urinarios, sistema endocrino, el corazón y el sistema respiratorio.

Existen investigaciones clínicas que confirman que el cannabis tiene reguladores homeostáticos potentes que pueden ayudar a balancear y mantener el metabolismo, ayudando a padecimientos tales como la diabetes y el cáncer. Su interacción con el sistema endocannabinoide afecta cada proceso fisiológico, incluyendo el apetito, la regulación del estado de ánimo y la percepción del dolor.

Existen actualmente más de 200 distintos tipos de fitocannabinoides y menos de 50 de ellos se producen en cantidades significativas. Los 4 cannabinoides más famosos son el CBD (Cannabidiol), THC (Tetrahidrocannabinol), CBG (Cannabigerol) y CBC (Cannabicromene). La planta “cannabis indica” contiene una gran cantidad de THC (aproximadamente 30%) y es la que conocemos como mariguana, este cannabinoide es el responsable de ocasionar ese efecto de “viaje” o “high” en nuestro organismo. Por su parte la planta “cannabis sativa” o “hemp” es rica en CBD y contiene menos del 1% de THC el cual no es suficiente para provocar el mismo efecto que la mariguana, pero sí puede ayudar a tener un efecto sinérgico con los demás cannabinoides. Es un error considerar al THC, CBD o cualquier otro componente del cannabis como el más valioso desde un punto de vista medicinal. Los compuestos tienden a trabajar mejor en sinergia.

El THC es más que un simple componente psicoactivo ya que exhibe actividad antiinflamatoria y analgésica muy potente, es neuroprotector y reduce la presión ocular, espasticidad y tensión muscular. El THC interactúa con ambos receptores (CB1 y CB2) y, aunque no es tóxico, algunos médicos han caracterizado los efectos incómodos de una alta dosis de este cannabinoide como “psico tóxico”.

El CBD es el fitocannabinoide más común producido por el hemp o cáñamo e interactúa con una gran variedad de receptores (más que el THC). Este no tiene los efectos psicotrópicos del THC, por el contrario, antagoniza los efectos que este produce.

Las propiedades terapéuticas más importantes del CBD, demostradas con distinta calidad de evidencia son:

·       Antiinflamatorio

·       Analgésico

·       Neuroprotector

·       Anticonvulsivante

·       Antioxidante

·       Anti-náusea y antiemético

·       Antitumoral

·       Ansiolítico

·       Antipsicótico

·       Reductor de la apetencia por heroína, cocaína y alcohol

·       Inmuno-modulador

Estas propiedades hacen que el CBD se utilice en distintos tratamientos como: epilepsia, enfermedades neurodegenerativas (por ejemplo, Alzheimer, Parkinson y Esclerosis Múltiple), dependencias químicas, ansiedad, psicosis, trastorno de espectro autista, enfermedades inflamatorias crónicas como la poliartritis crónica, enfermedad de Crohn, enfermedad inflamatoria intestinal, acompañamiento de la quimioterapia, tratamiento antitumoral.

Antes de adquirir cualquier producto de CBD debes consultar con tu médico en caso de que actualmente estés tomando algún medicamento, para saber si no interfiere con este o si haya que disminuir o suspender tu medicina. Si eres una persona sana la recomendación es solicitar el certificado de laboratorio (COA) previo a realizar la compra, asegurarte de que la potencia de los cannabinoides sea la indicada y que el producto sea orgánico, libre de solventes, metales pesados y químicos. De esta forma estarás consumiendo un producto de calidad. En cuanto a la cantidad a ingerir siempre se recomienda ir de menos a más, hasta encontrar la cantidad ideal para tu organismo.