Hepatitis C: Conociendo la enfermedad desde un enfoque funcional

La hepatitis C es una infección viral que afecta al hígado, causando inflamación y daño hepático progresivo si no se trata adecuadamente. Se transmite principalmente a través de la sangre y, en muchos casos, puede evolucionar de manera silenciosa, sin síntomas evidentes durante años.

Un enfoque funcional permite no solo tratar la infección, sino también apoyar la función hepática, reducir la inflamación y mejorar la salud integral del organismo.

¿Qué es la hepatitis C?

La hepatitis C es causada por el virus de la hepatitis C (VHC), que infecta las células del hígado y puede provocar:

  • Inflamación crónica del hígado
  • Cicatrización hepática (fibrosis)
  • Cirrosis y, en algunos casos, cáncer de hígado

La infección puede ser aguda, cuando dura menos de seis meses, o crónica, cuando persiste por años.

Formas de transmisión

El virus de la hepatitis C se transmite principalmente a través de la sangre. Las vías más comunes incluyen:

  • Uso compartido de jeringas, agujas o material de tatuaje/piercing no esterilizado
  • Transfusiones de sangre no controladas (hoy poco frecuente en países con protocolos de seguridad)
  • Contacto con sangre infectada en entornos médicos o accidentes laborales
  • Transmisión de madre a hijo durante el parto (menos común)

No se transmite por contacto casual, abrazos, besos, compartir utensilios o agua potable.

Síntomas de la hepatitis C

La hepatitis C puede ser silenciosa, especialmente en las fases iniciales. Cuando aparecen síntomas, pueden incluir:

  • Fatiga crónica
  • Ictericia (color amarillento en piel y ojos)
  • Orina oscura y heces claras
  • Dolor o molestia en el abdomen superior derecho
  • Pérdida de apetito, náuseas o malestar general

En casos avanzados de enfermedad hepática, pueden presentarse hinchazón abdominal, moretones fáciles y confusión mental debido a la afectación hepática.

Diagnóstico

El diagnóstico de la hepatitis C se realiza mediante:

  1. Análisis de sangre: detección de anticuerpos contra el VHC y confirmación mediante PCR para identificar el virus activo.
  2. Exámenes hepáticos: niveles de enzimas hepáticas (ALT, AST) que indican inflamación.
  3. Imágenes y biopsia: en casos necesarios para evaluar fibrosis o daño hepático.

El diagnóstico temprano es clave para prevenir complicaciones graves.

Enfoque funcional en hepatitis C

El enfoque funcional se centra en fortalecer la salud hepática, reducir la inflamación y apoyar la regeneración del hígado, complementando el tratamiento médico antiviral.

1. Tratamiento médico

  • Los antivirales de acción directa (AAD) pueden eliminar el virus en la mayoría de los casos crónicos.
  • Es fundamental seguir el tratamiento completo bajo supervisión médica.

2. Nutrición funcional

  • Dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, legumbres y grasas saludables (aguacate, aceite de oliva, frutos secos).
  • Evitar alcohol, azúcares refinados y alimentos ultraprocesados que sobrecargan el hígado.
  • Consumir alimentos que apoyen la función hepática: brócoli, col rizada, cúrcuma, ajo y té verde.

3. Apoyo al sistema digestivo

  • Mantener una microbiota equilibrada con prebióticos y probióticos puede reducir la inflamación sistémica.
  • Evitar medicamentos innecesarios o que sean hepatotóxicos.

4. Ejercicio y manejo del estrés

  • Actividad física moderada mejora la circulación, reduce inflamación y favorece energía.
  • Estrategias de manejo de estrés (meditación, respiración, yoga) ayudan a regular el sistema inmunológico y mejorar bienestar general.

5. Monitoreo integral

  • Revisiones periódicas con especialista en hepatología para evaluar la función hepática y descartar complicaciones.
  • Control de marcadores inflamatorios y metabólicos, especialmente si hay comorbilidades como diabetes o sobrepeso.

Recomendaciones prácticas

  • Evitar consumo de alcohol y tabaco.
  • Mantener un peso saludable y actividad física regular.
  • Seguir las indicaciones médicas y no interrumpir tratamientos antivirales.
  • Priorizar alimentos frescos, naturales y antiinflamatorios.
  • Realizar controles médicos periódicos para detectar fibrosis o cirrosis de manera temprana.

Conclusión

La hepatitis C es una condición que puede pasar desapercibida durante años, pero con diagnóstico temprano, tratamiento adecuado y un enfoque funcional integral, es posible:

  • Eliminar el virus
  • Proteger y regenerar el hígado
  • Mejorar la energía y la salud general

Cuidar el hígado es cuidar el bienestar de todo el cuerpo. Adoptar hábitos de vida saludables, nutrición funcional y manejo del estrés permite que las personas con hepatitis C vivan con salud, fuerza y vitalidad, enfrentando la enfermedad de manera proactiva.