Lactancia materna

La leche materna contiene exactamente los nutrientes adecuados en las cantidades exactas que necesita un bebé. La investigación muestra que la leche materna no es meramente nutritiva, sino que contiene una variedad de factores con cualidades medicinales que tienen un papel importante en la supervivencia y la salud de los bebés.

La leche materna tiene efectos en la respuesta inmunitaria del lactante ya que contiene cientos de miles de moléculas bioactivas distintas que protegen contra la infección y la inflamación y contribuyen a la maduración inmunológica, el desarrollo de órganos y la promoción de un microbioma saludable. Por esta razón, se debe alentar y apoyar a todas las madres para que continúen amamantando durante seis meses y más para promover la buena salud de sus bebés.

El primer líquido producido por las madres después del parto se llama calostro. El calostro es uno de los ingredientes más importantes de la leche materna y es lo que a menudo se denomina "oro líquido". Es una leche materna más espesa y amarillenta que se produce en las últimas etapas del embarazo. El calostro está cargado de nutrientes y anticuerpos para darle a tu bebé exactamente lo que necesita en sus primeros días de vida. Entre el día 4 y 15 se evidencian cambios en el calostro tanto en composición como en volumen. En el día 5 postparto se observa la “bajada de la leche” donde se describe una sensación de senos congestionados y el volumen comienza a incrementar para producir alrededor de 700mL al día. En la leche de transición se describe el aumento de ácidos grasos, lactosa y agua por lo que se observa dilución de factores inmunológicos.

La leche madura es aquella que se produce del día 15 en adelante. El volumen producido es entre 700 y 900mL al día. Algunas proteínas de la leche materna favorecen la absorción de otros nutrimentos. Tal es el caso de la lactoferrina, la cual permite que le hierro tenga mayor biodisponibilidad y cubrir así las necesidades del lactante en los primeros 6 meses de vida.

Los lípidos se encuentran principalmente en forma de triacilglicéridos y se han relacionado con el desarrollo cognitivo del recién nacido por estar involucrados en señalización neuronal, potencialización del sistema inmunológico y regulación de respuestas inflamatorias.

La calidad de los ácidos grasos esenciales depende en gran medida de la dieta materna por lo que si la madre ingiere alimentos con ácidos grasos trans, también los podremos encontrar en la leche materna. Por el contrario, si la dieta es deficiente en DHA y EPA, también la leche lo será por lo que es muy importante asegurarse que la mujer lactante ingiera suficientes porciones de alimentos ricos en omega-3, DHA y EPA o que reciba suplementación.

En relación a hidratos de carbono, el más abundante es la lactosa. Las enzimas gastrointestinales del recién nacido tienen la capacidad completa de digerir dicho disacárido sin tener repercusión gastrointestinal alguna. Este disacárido también facilita el establecimiento de la microbiota al generar el medio ácido donde se establecen microorganismos como Bifidobacterias y Lactobacillus.

En relación a micronutrimentos, cabe destacar que la leche humana cubre todos los requerimientos con excepeción de la vitamina D por lo que todos los lactantes alimentados con leche humana deben recibir suplementación de 400UI de ésta. Es también importante notar que la deficiencia en las reservas o en la dieta de mujer lactante suelen no afectar la composición de la leche con excepción de vitaminas del complejo B (como tiamina, riboflavina, piridoxina, cobalamina), vitaminas A y K, colina, yodo y selenio.

Los anticuerpos también son una parte vital de la leche materna. Los anticuerpos protegen a tu recién nacido vulnerable de infecciones virales y bacterianas. Según un estudio de 2002 publicado en Breastfeeding Review, la alimentación con fórmula infantil es menos benéfica que a la lactancia materna porque la leche humana mejora el sistema inmunológico inmaduro del bebé y fortalece sus mecanismos de defensa contra agentes infecciosos y otros agentes extraños. Los investigadores indican que existen factores bioactivos en la leche materna, como hormonas, factores de crecimiento y factores estimulantes de colonias, así como nutrientes específicos. La leche materna también puede reducir la incidencia de enfermedades en la infancia, la leche materna promueve la maduración de la mucosa gastrointestinal, disminuyen la incidencia de infecciones, alteran la microflora intestinal y tienen funciones inmunoestimulantes y antiinflamatorias.

La leche materna también tiene propiedades antioxidantes. Contiene vitamina C y E y enzimas, incluida la superóxido dismutasa, catalasa y glutatión peroxidasa. La investigación sugiere que todos los factores, condiciones y problemas que afectan a los bebés, especialmente los que nacen prematuramente, son el resultado de una enfermedad unificadora: la enfermedad por radicales de oxígeno. Si se producen demasiados radicales libres y muy pocos antioxidantes, se desarrolla una condición de estrés oxidativo que puede causar daños graves en la infancia. La necesidad de reducir el estrés oxidativo y aumentar las defensas antioxidantes en estos bebés vulnerables es esencial.

Cómo aumentar el suministro de leche materna

Muchas madres temen no estar produciendo suficiente leche materna para sus bebés y buscan formas naturales de aumentar el suministro de leche materna. La regla de oro de la lactancia materna es que la lactancia es un proceso de oferta y demanda. Si se suplementa con fórmula, no producirá suficiente leche materna porque el cuerpo no sabe que es necesaria.

Para establecer un aporte correcto de leche cuando el bebé sea muy pequeño, amamanta aproximadamente cada dos horas durante el día y cada cuatro horas por la noche alternando ambos senos. Las tomas frecuentes aseguran que tus senos estén lo suficientemente estimulados para establecer un suministro de leche completo. Cuanta más leche se extraiga de tus senos, más leche producirá tu cuerpo. Los problemas de suministro pueden deberse a que el bebé no se acopla correctamente (lo que puede deberse a la somnolencia, al estar acostumbrado al biberón o al uso de pezoneras), así que busca un consejero de lactancia si crees que este puede ser el problema.

Si estás trabajando y necesitas extraer leche para tu bebé, planifica extraer la leche dos o tres veces mientras estas lejos de tu bebé. El bombeo diario debe proporcionar suficiente leche para el día siguiente en la guardería o con una niñera.

Por último, no pases por alto tus propias necesidades: las madres necesitan comer alimentos saludables y nutritivos para producir suficiente leche materna, y necesitan hidratarse, relajarse y descansar lo suficiente (¡siempre que sea posible!). Tómate un tiempo para ti en algún momento del día y confía en tu cuerpo y en su capacidad para hacer lo que tu bebé necesita en términos de nutrición.

Fórmula versus leche materna

Las investigaciones muestran que la leche materna es la mejor fuente de nutrición para casi todos los bebés. La leche materna contiene la combinación perfecta de agentes bioactivos que promueven el correcto funcionamiento del sistema inmunológico y del tracto gastrointestinal. Además, apoya el desarrollo del cerebro y promueve un crecimiento infantil óptimo.

Un estudio, publicado en Cellular and Molecular Biology, indica que los componentes presentes en la leche materna, como las proteínas que contienen aminoácidos (incluida la glutamina), citocinas, hormonas, oligosacáridos y ácidos grasos poliinsaturados, también pueden influir en la conducta alimentaria del niño, la regulación de crecimiento y control del apetito más adelante en la vida. Este hallazgo sugiere que la leche materna puede ayudar a proteger a los bebés contra la obesidad y la diabetes tipo 2, incluso en la edad adulta.

Organizaciones como la Organización Mundial de la Salud recomienda que los bebés sean amamantados exclusivamente durante los primeros seis meses de vida y amamantados en combinación con alimentos iniciales entre los seis y los 12 meses de vida.

Para las mujeres que no pueden amamantar o que tienen problemas para producir suficiente leche materna, la fórmula infantil está destinada a servir como un sustituto producido industrialmente. Aunque la fórmula infantil está destinada a imitar la composición nutricional de la leche materna, en realidad no es así.

No solo el contenido de proteína en la fórmula infantil es más alto, sino que generalmente es más alto en caseína que en suero, en comparación con la leche materna. La caseína es a menudo más difícil de digerir y tiene un perfil nutricional diferente al del suero. Además, la fórmula infantil no contiene la grasa saludable adecuada (que está presente en forma de colesterol en la leche materna). La grasa saludable es crucial para el desarrollo del cerebro. Y aunque las fórmulas para bebés pueden contener DHA agregado, esto se agrega sintéticamente. Los ácidos grasos omega-3 son extremadamente frágiles y no sobreviven a este proceso. Además, la fórmula carece de oligosacáridos de la leche materna, que son cruciales para la función inmunológica y un microbioma intestinal saludable.

También es importante señalar en la discusión de la fórmula infantil que existen varias alternativas a la fórmula de leche de vaca en el mercado hoy en día. Para los bebés con alergia a la leche, existen fórmulas de aminoácidos y fórmulas hipoalergénicas que contienen leche de vaca que está ampliamente hidrolizada para que las proteínas sean más fáciles de digerir.

Otra diferencia importante entre la leche materna y la fórmula es la presencia de probióticos y prebióticos. Las investigaciones muestran que los bebés que se alimentan con leche materna llevan una población de probióticos más equilibrada y uniforme que los bebés que se alimentan con fórmula. Y los científicos creen que un microbioma saludable en la infancia puede tener un impacto en la salud del niño más adelante en la vida.

Entonces, para resumir toda esta información sobre la leche materna versus la fórmula infantil, la leche materna es, con mucho, la mejor nutrición para los bebés porque es producida naturalmente por humanos y está destinada a proporcionar lo que un bebé necesita para crecer y desarrollarse adecuadamente. Sin embargo, para las mujeres que no pueden amamantar debido a sus circunstancias específicas, la OMS recomienda buscar donantes de leche materna primero y luego fórmula infantil como una opción adicional.