Psoriasis: Entendiendo y cuidando la piel desde un enfoque funcional

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la aparición de placas rojas, escamosas y con picazón, generalmente en codos, rodillas, cuero cabelludo y espalda.

Aunque no es contagiosa, la psoriasis puede afectar la calidad de vida, la autoestima y la salud emocional. Un enfoque funcional ayuda a comprender los factores que la desencadenan y a controlar los brotes a través de alimentación, hábitos saludables y manejo del estrés.

¿Qué es la psoriasis?

La psoriasis ocurre cuando el sistema inmunológico provoca que las células de la piel se renueven demasiado rápido, formando escamas gruesas y placas inflamadas.

Existen varios tipos:

  • Psoriasis en placas: la forma más común, con placas rojizas cubiertas de escamas blancas.
  • Psoriasis guttata: pequeñas manchas rojas, generalmente tras infecciones.
  • Psoriasis inversa: aparece en pliegues de la piel.
  • Psoriasis pustulosa: con ampollas llenas de pus.
  • Psoriasis eritrodérmica: forma rara y grave que afecta grandes áreas de la piel.

Factores que influyen en los brotes

  • Genética: antecedentes familiares aumentan el riesgo.
  • Estrés: emocional o físico, puede desencadenar brotes.
  • Infecciones: como faringitis estreptocócica.
  • Medicamentos: algunos antiinflamatorios, beta-bloqueadores o corticoides.
  • Estilo de vida: obesidad, tabaquismo, alcohol, dieta poco saludable.
  • Cambios hormonales: embarazo, menopausia o pubertad.

Enfoque funcional para controlar la psoriasis

La medicina funcional aborda la psoriasis de forma integral, buscando reducir la inflamación, equilibrar el sistema inmunológico y mejorar la salud general.

Alimentación antiinflamatoria

  • Verduras y frutas frescas: antioxidantes y fibra para reducir inflamación.
  • Grasas saludables: aceite de oliva, aguacate, nueces y semillas de lino.
  • Proteínas de calidad: pescado, pollo, huevo y legumbres.
  • Evitar ultraprocesados, azúcar, lácteos y alcohol que pueden empeorar los brotes.
  • Alimentos ricos en omega-3: salmón, sardina, chía y linaza.

Manejo del estrés

  • Estrés crónico puede desencadenar o empeorar brotes.
  • Técnicas recomendadas: meditación, respiración consciente, yoga o mindfulness.
  • Apoyo psicológico o grupos de acompañamiento.

Cuidado de la piel

  • Hidratación diaria con cremas naturales y sin fragancia.
  • Evitar productos irritantes o jabones agresivos.
  • Duchas cortas y con agua tibia, no caliente.
  • Evitar rascarse las placas para prevenir infecciones.

Ejercicio y estilo de vida activo

  • Ejercicio moderado ayuda a reducir inflamación y estrés.
  • Mantener peso saludable disminuye presión sobre articulaciones, especialmente si existe artritis psoriásica.
  • Dormir suficiente y mantener rutinas de sueño regulares.

Suplementos funcionales

Siempre bajo supervisión profesional:

  • Omega-3: reduce inflamación sistémica.
  • Vitamina D: regula sistema inmune y mejora la piel.
  • Probióticos: equilibran microbiota intestinal, que se relaciona con la inflamación.
  • Antioxidantes naturales: cúrcuma, té verde, resveratrol.

Tratamiento médico

  • Tópicos: cremas con corticoides, vitamina D o alquitrán.
  • Fototerapia: luz ultravioleta para reducir inflamación.
  • Medicamentos sistémicos: inmunosupresores o biológicos en casos graves.

El enfoque funcional complementa estos tratamientos, ayudando a prevenir brotes y mejorar la respuesta al tratamiento.

La psoriasis no es solo una enfermedad de la piel: es una condición que refleja equilibrio del sistema inmune y estilo de vida. Con un enfoque funcional integral —alimentación antiinflamatoria, manejo del estrés, ejercicio y cuidado de la piel— es posible reducir la inflamación, mejorar la apariencia de la piel y fortalecer la calidad de vida.