¿Qué es el H. Pylori y cómo tratarlo?
El H. Pylori o Helicobacter pylori es una bacteria de forma espiral que causa inflamación crónica e infección en el estómago y en el duodeno. Se le conoce como bacteria ulcerativa ya que crea una citotoxina que hace que se formen úlceras en el sistema digestivo. Esta bacteria tiene la característica de alojarse en la capa de mucosa que protege la barrera del estómago e intestino, afectándola para formar la úlcera.
La infección puede ser silenciosa en algunas ocasiones. En otros casos, los síntomas pueden presentarse de manera ocasional, como hinchazón, eructos, náuseas, incomodidad abdominal y vómito. En casos más graves puede provocar dolor abdominal intenso, fatiga, acidez, náusea y vómito (a veces con sangre), diarrea, mal aliento, anemia, pérdida de apetito y úlceras pépticas. De acuerdo a la CDC se estima que el 66% de la población mundial se han infectado de H. Pylori, de los cuales en países en desarrollo aproximadamente el 80% de los adultos y 10% de la población infantil.
El H. Pylori se puede transmitir de persona a persona (saliva, vómito o material fecal) por lo que no se recomienda compartir utensilios de cuidado personal. También se puede contraer por agua o alimentos contaminados. Debido al poco cuidado que llegan a tener los niños son una población de riesgo de contagiarse. Es de suma importancia que el ambiente en el que estamos se mantenga muy limpio para evitar contraer esta bacteria.
Para diagnosticar si se tiene la bacteria se requieren estudios de heces fecales o de sangre. El tratamiento convencional para tratar el H. Pylori es a través de antibióticos, por lo menos dos al mismo tiempo para garantizar que se elimina la bacteria. También se utilizan antiácidos y medicamentos que bloquean las histaminas para reducir el ácido estomacal. Puede reactivarse la bacteria y los tratamientos suelen ser muy largos y con muchos medicamentos.
También de manera natural se puede tratar el H. Pylori a través de probióticos, semillas de comino negro, brotes de brócoli, té verde, ajo, propóleos y con técnicas que beneficien la reducción del estrés. Los probióticos se utilizan ya que son “bacterias buenas” que pueden combatir a la “bacteria mala”. Se recomiendan suplementos que tengan 8 cepas probióticas. Las tres cepas que más se han estudiado que atacan al H. Pylori son Lactobacillus Fermentum, Lactobacillus Casei y Lactobacillus Brevis. Las semillas de comino negro, entre 1 a 3 gramos al día, tienen propiedades antiácidas y la capacidad de proteger la salud gastrointestinal. Los brotes de brócoli son ricos en sulfurafanos, que tienen la propiedad de actuar como antioxidantes y benefician la desintoxicación. El té verde previene la inflamación en la mucosa gástrica, es decir, beneficia en la prevención y tratamiento de la gastritis. Adicional tiene propiedades antioxidantes, antivirales, anti formación de placa y anticancerígenas. El ajo es un antiinflamatorio natural. Tanto crudo como cocido puede eliminar al H. Pylori por sus propiedades antibacteriales. Los propóleos ayudan a inhibir el crecimiento de las bacterias por sus compuestos fenólicos.
Se recomienda una dieta rica en probióticos como el Kefir, en pescados salvajes que son ricos en omega 3, así como chía y linaza. La miel cruda y local tiene grandes beneficios. Los frutos rojos y las crucíferas son excelentes. Se recomienda reducir bebidas con cafeína, refrescos, alimentos en escabeche, alimentos picantes y alimentos bajos en fibra. Se recomienda utilizar extractos de hierbas que eliminen esta bacteria.