¿Qué es el manejo del dolor mediante la medicina integrativa?
Si busca la definición de dolor, encontrará sinónimos como sufrimiento, agonía, malestar, dolor, daño y aflicción: palabras y sentimientos que todos evitaríamos si pudiéramos. En el mundo de la medicina y el bienestar, el dolor se refiere con mayor frecuencia al malestar físico provocado por enfermedades, lesiones, virus e infecciones latentes y subyacentes, inflamación prolongada, problemas nerviosos e incluso estrés psicológico y emocional.
El dolor crónico se describe como dolor que dura más de 3 a 6 meses. Los efectos persistentes y sistémicos de experimentar dolor pueden afectar la calidad de vida diaria, los costos médicos, el estado mental y emocional y la actividad social.
¿Cuáles son los beneficios de utilizar la medicina integral para el manejo del dolor?
Un enfoque integrador para el manejo del dolor puede ayudar a quienes experimentan dolor crónico o agudo a encontrar formas alternativas de mejorar su calidad de vida, desempeñar un papel activo en su camino hacia el bienestar y afrontar mejor su malestar.
A medida que las personas se vuelven más conscientes de las diferentes modalidades de bienestar, sus opciones para crear un protocolo más personalizado y agradable pueden ampliar y mejorar los modelos de tratamiento actuales. La incorporación de estas modalidades integradoras permite que tanto el médico como el paciente aborden el manejo del dolor con una perspectiva más holística
Se utilizan muchos enfoques farmacológicos para controlar el dolor crónico, como el uso de opioides, corticosteroides, relajantes musculares y medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE). Sin embargo, el uso de terapias complementarias e integrativas ha aumentado considerablemente, y aproximadamente el 33 % de los adultos utilizan enfoques de salud complementarios.
¿Cuáles son algunas subespecialidades dentro del manejo del dolor con medicina integrativa?
Es importante tener en cuenta que la creación de un programa de manejo del dolor es muy individual. El protocolo debe considerar factores como el tipo de dolor, la duración, la(s) causa(s) o los factores contribuyentes (si se conocen). También es esencial hablar sobre la salud general, la edad, el historial de lesiones/infecciones previas, los medicamentos actuales, los planes de tratamiento y otros factores del estilo de vida (como el sueño, el ejercicio, el nivel de estrés, el sistema de apoyo, etc.) (8).
A continuación, se presentan algunas subespecialidades alternativas comunes que adoptan un enfoque integrador para el manejo del dolor.
- Acupuntura
Si bien no se comprenden completamente todos los mecanismos de la acupuntura, el uso de la acupuntura para el manejo del dolor está bien documentado, ya que puede causar cambios en las citocinas inflamatorias. Las investigaciones sugieren que la acupuntura puede ayudar a aliviar el dolor al estimular los nervios en el músculo, que transmiten la señal a la médula espinal, el mesencéfalo y el sistema hipotálamo-hipofisario, lo que potencialmente desencadena la liberación de neurotransmisores y hormonas, como las endorfinas. Algunos acupunturistas también incluirán el tratamiento con ventosas y gua sha durante o después de su sesión de acupuntura, lo que puede ayudar a apoyar la respuesta natural del cuerpo a la inflamación asociada con el dolor crónico. Gua sha es una técnica china que consiste en "raspar" la piel con la herramienta de masaje gua sha, que ayuda a mejorar y estimular la circulación de los tejidos blandos y a aumentar el flujo sanguíneo. La terapia con ventosas se utiliza habitualmente en la medicina tradicional china, en la que un terapeuta coloca ventosas especiales sobre la piel durante unos minutos para crear succión y liberar la fascia de la capa muscular. Se han realizado muchos estudios sobre la terapia con ventosas como forma de tratamiento del dolor con resultados positivos. La acupuntura auricular se utiliza habitualmente en la práctica, en la que médicos acupunturistas autorizados colocan pequeñas agujas o semillas de oreja en puntos específicos de la oreja que se correlacionan con diferentes áreas del cuerpo. La acupuntura auricular fue "inventada" originalmente por el Dr. Paul Nogier. El Dr. Nogier descubrió la somatotopía auricular, una representación de la persona completa en forma de un feto invertido sobre la oreja. Desde su descubrimiento de estos puntos, se han utilizado muchas variaciones para el tratamiento del dolor con gran éxito, incluida la versión del ejército de la "acupuntura del campo de batalla", que actualmente se enseña a los médicos del ejército. Se ha demostrado que la acupuntura sin agujas es tan eficaz como la acupuntura convencional con inyecciones de agujas. Si le teme a las agujas, este es el tratamiento para usted. Un estudio de 2010 descubrió que los pacientes tratados con acupuntura sin agujas para el dolor miofascial del hombro informaron menos ansiedad, menos malestar y menos eventos adversos. - Quiropráctica
La atención quiropráctica implica la manipulación de la columna vertebral. Se ha demostrado que ayuda a controlar el dolor crónico, corrige la alineación del cuerpo y mejora el funcionamiento físico del cuerpo. Un ajuste quiropráctico afecta tanto al sistema nervioso como al musculoesquelético. Puede beneficiar a quienes experimentan molestias relacionadas con el estrés, el esfuerzo excesivo y la tensión, así como dolor lumbar, dolor de cuello, dolor muscular y dolores de cabeza. La atención quiropráctica puede incluir ajustes que ayuden a realinear las articulaciones, disminuir el malestar y aumentar el rango de movimiento. También puede incluir terapia de tejidos blandos, que ayuda a relajar los músculos tensos asociados con el malestar y a liberar la tensión en la fascia o los tejidos conectivos que rodean cada músculo. - Yoga y Tai Chi
Se han utilizado ejercicios mente-cuerpo como el yoga y el Tai Chi para ayudar a controlar el dolor. Estas técnicas pueden aumentar la movilidad, inducir la respuesta parasimpática y reducir el estrés. Ayudan a calmar las señales de malestar y relajar el cuerpo, ya que el dolor crónico se asocia con una menor reactividad del sistema nervioso simpático. Tanto el Tai Chi como el Yoga implican meditación, respiración controlada y movimiento lento y controlado. Las personas que practican Tai Chi han experimentado mejoras en el malestar, la rigidez, la función física (como caminar, estar de pie, levantarse de una cama y entrar y salir de un automóvil) y el equilibrio. Una revisión sistemática examinó 14 ensayos controlados aleatorios y descubrió que el yoga se asoció con puntuaciones de malestar más bajas. Un metaanálisis de 2019 de 10 ensayos controlados aleatorios que involucraron a 686 participantes concluyó que el yoga podría aliviar la intensidad del malestar del cuello, mejorar la discapacidad funcional relacionada con el malestar, aumentar el rango de movimiento cervical y mejorar la calidad de vida. - Fisioterapia
La fisioterapia tiene como objetivo apoyar el manejo del dolor a lo largo del tiempo, no necesariamente para usarse como un método rápido y temporal de manejo del dolor. Un fisioterapeuta puede ayudar a evaluar y valorar cómo se mueve su cuerpo y qué puede estar contribuyendo a su malestar general. Durante los tratamientos de fisioterapia, las personas pueden aprender técnicas de estiramiento y fortalecimiento que pueden realizarse en casa para ayudar a continuar con su programa de manejo activo del dolor. Muchos de estos ejercicios incluyen corregir la mala postura y los músculos centrales débiles y fortalecer los músculos que rodean las articulaciones doloridas. La fisioterapia se ha utilizado con éxito para afecciones que generan molestias, como dolor lumbar, dolor en las articulaciones, dolor de rodilla, ciática e incluso recuperación de cirugías. - Masaje
La terapia de masajes puede ser particularmente beneficiosa para las molestias musculoesqueléticas, ayudando a aliviar las molestias causadas por distensiones musculares o molestias agudas o crónicas que afectan los nervios, ligamentos y tendones. Existen muchas técnicas de masaje, incluidos el masaje sueco, el de tejido profundo, el deportivo y el masaje en silla, y todas pueden diferir en duración e intensidad. El masaje terapéutico puede aliviar las molestias mediante varios mecanismos. Por ejemplo, puede ayudar a relajar los músculos, tendones y articulaciones doloridos, lo que ayuda a reducir el estrés. Además, los masajes pueden ayudar a estimular las fibras nerviosas competidoras al impedir los mensajes de malestar que van y vienen del cerebro. Un estudio publicado en Annals of Family Medicine en 2014 descubrió que recibir una sesión de masaje de 60 minutos dos o tres veces por semana durante cuatro semanas aliviaba el malestar crónico del cuello. También se ha demostrado que el masaje beneficia el sueño y promueve la sensación de relajación.
¿Cuáles son algunos laboratorios especializados que se pueden utilizar en el tratamiento del dolor con medicina integrativa?
Al evaluar el malestar sistémico en el cuerpo, es fundamental observar todos los factores contribuyentes y los sistemas interconectados que pueden contribuir a la manifestación del malestar. Factores como la reacción exagerada del sistema inmunológico, los virus latentes, las infecciones ocultas y los marcadores de inflamación como los anticuerpos y los glóbulos blancos pueden brindar más información sobre la patogenia del malestar y ayudar a crear un protocolo de tratamiento del dolor más individualizado.
El conocimiento de estos diversos marcadores es útil, ya que pueden aumentar o disminuir según la cantidad de inflamación que haya en el cuerpo. Las pruebas ayudan al médico y al paciente a ver dónde centrar su atención con enfoques integrativos y pueden ayudar a evaluar el progreso del tratamiento.
Se pueden utilizar varios análisis de laboratorio para evaluar los factores que influyen en el malestar en todo el cuerpo, como la inflamación sistémica y los marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva. Otros análisis de laboratorio pueden detectar virus latentes y otras infecciones, en particular las que afectan al sistema inmunitario, como el virus de Epstein-Barr, los virus transmitidos por garrapatas y el VIH, así como la autoinmunidad.