¿Sabes qué el VIH?
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca el sistema inmunitario y debilita las defensas contra muchas infecciones y determinados tipos de cáncer que las personas con un sistema inmunitario sano pueden combatir. A medida que el virus destruye las células inmunitarias e impide el normal funcionamiento de la inmunidad, la persona infectada va cayendo gradualmente en una situación de inmunodeficiencia. La función inmunitaria se suele medir mediante el recuento de CD4.
La fase más avanzada de la infección por el VIH es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) que, en ausencia de tratamiento y en función de la persona, puede tardar muchos años en manifestarse. Las personas con SIDA pueden contraer ciertos tipos de cáncer e infecciones o presentar otras manifestaciones clínicas crónicas de gravedad.
Los síntomas de la infección por el VIH difieren según la etapa de que se trate. Aunque el máximo de infectividad se tiende a alcanzar en los primeros meses, muchos infectados ignoran que son portadores hasta fases más avanzadas. A veces, en las primeras semanas que siguen al contagio, la persona no manifiesta ningún síntoma, mientras que en otras ocasiones presenta un cuadro pseudogripal con fiebre, dolor de cabeza, erupciones en al piel o dolor de garganta.
Signos y síntomas
A medida que la infección va debilitando el sistema inmunitario, la persona puede presentar otros signos y síntomas, como candidiasis oral (la candidiasis indica compromiso de sistema inmunológico), parásitos intestinales, fatiga prolongada inexplicable, inflamación en los ganglios linfáticos, fiebre inexplicable de mas de diez días de duración, sudor excesivo (especialmente en las noches), lesiones bucales, dolor de garganta, dificultad para respirar, cambio en el transito intestinal (periodos alternos de estreñimiento y diarrea) síntomas de infecciones oportunistas, dolores de cabeza, malestar general, perdida de peso inexplicable, sarcoma de Kaposi, erupciones cutáneas, entre otros. En ausencia de tratamiento pueden aparecer enfermedades graves como tuberculosis (TB), meningitis criptocócica, infecciones bacterianas graves o cánceres como linfomas
El VIH se transmite mediante contacto directo con líquidos infectados del organismo, como sangre, semen, líquido preseminal, flujo vaginal y leche materna. El líquido cefalorraquídeo que rodea el encéfalo y la médula espinal, el líquido sinovial de las articulaciones y el líquido amniótico que rodea al feto son otros líquidos capaces de transmitir el VIH. Saliva, lágrimas y orina no contienen suficiente VIH para transmitirlo. La transmisión sexual es la vía de transmisión más frecuente, y el consumo de drogas mediante inyecciones es la segunda más prevalente.
Factores de riesgo
La infección en la mayoría de las personas se debe al VIH-1, que, a no ser que se especifique lo contrario, es el tipo descrito en este capítulo. El VIH-1 muta rápidamente y se ha distribuido de forma asimétrica por todo el mundo en distintas cepas, subtipos y grupos. El VIH-2, aislado por primera vez en África occidental, se transmite con menor facilidad, y el tiempo entre infección y enfermedad es más largo.
Hay algunos comportamientos que aumentan el riesgo de que una persona contraiga el VIH:
·Tener relaciones sexuales anales o vaginales sin preservativo
· Padecer otra infección de transmisión sexual (ITS) como sífilis, herpes, clamidiasis, gonorrea o vaginosis bacteriana
· Compartir agujas, jeringas, soluciones de droga u otro material infectivo contaminado para consumir drogas inyectables;
· Recibir inyecciones, transfusiones sanguíneas o trasplantes de tejidos sin garantías de seguridad o ser objeto de procedimientos médicos que entrañen cortes o perforaciones con instrumental no esterilizado
·Pincharse accidentalmente con una aguja, lesión que afecta en particular al personal de salud.
Diagnóstico
Las pruebas de diagnóstico del VIH de uso más generalizado detectan los anticuerpos que se generan como parte de la respuesta inmunitaria para luchar contra el virus. En la mayoría de las personas, los anticuerpos contra el VIH aparecen en los 28 días posteriores a la infección. Durante ese tiempo, las personas experimentan el llamado periodo silente, cuando todavía no se han generado anticuerpos en un número suficiente para su detección en pruebas estándar, y pueden no haber tenido signos de infección por el VIH, pero pueden transmitir el VIH a otras personas. Después de la infección, una persona puede transmitir el VIH a una pareja sexual o a otra persona con la que comparte drogas, y las embarazadas pueden transmitir el virus durante el embarazo o durante la lactancia.
Prevención
Una persona puede reducir el riesgo de infección por el VIH limitando su exposición a los factores de riesgo. A continuación, se explican los principales métodos para prevenir el contagio, que se suelen usar conjuntamente:
·Uso de preservativos masculinos y femeninos;
· Pruebas de detección y asesoramiento en relación con el VIH
· Circuncisión médica masculina voluntaria;
· No compartir las agujas, jeringas, u otro equipo de inyección de drogas.
Tratamiento convencional
Es posible tratar la enfermedad del VIH mediante pautas terapéuticas en las que se combinan tres o más fármacos antirretrovíricos. Aunque el TAR no cura la infección, inhibe la replicación del virus en el organismo y permite que el sistema inmunitario recobre fortaleza y capacidad para combatir las infecciones oportunistas y algunos cánceres.
Desde 2016, la OMS recomienda proporcionar TAR de por vida a todas las personas con el VIH, incluidos los niños, adolescentes y adultos y las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, con independencia de su estado clínico y de su recuento de CD4.
Tratamiento no convencional
Para las personas que viven con el VIH, una ingesta nutricional adecuada y equilibrada es esencial para mantener un sistema inmunitario sano y prolongar la vida. En primer lugar, debemos de remover el consumo de alimentos altamente inflamatorios de la dieta, como lo son los alimentos ultraprocesados y cambiarlos por alimentos naturales, aquellos que vengan del suelo, dándoles rotación principalmente a las frutas y las verduras, por ejemplo, podemos designar un día por color: lunes verde /uvas verdes, espinaca, lechuga, brócoli, pepino, etc.) martes morado (blueberries, berenjena, col morada, cebolla morada, etc). U otro tip es asignar una letra por día y todos los alimentos que se consuman vaya acorde a dicha letra, lunes “P” (pepitas de calabaza, pollo, pepino, pera, etc.) martes “M” (melón, mandarina, macadamia, morrón, etc.). Estos alimentos deben de conformar un 50% de nuestros platos en cada tiempo de comida.
En cuanto a las proteínas debemos de tener especial cuidado eligiendo aquellas orgánicas y de libre pastoreo, para evitar la contaminación por pesticidas, hormonas, antibióticos, etc. Dándoles rotación y prefiriendo carnes blancas como lo son pollo, pescado, pavo, etc.
Elegir grasas saludables para su consumo regular como lo es el aguacate, aceite de oliva extra virgen, ghee, aceite de aguacate, aceite de coco, aceitunas, etc.
Los fermentados no pueden faltar y debemos de incluir por lo menos uno al día como el kéfir, kombucha, kimchi, sauerkraut, vegetales encurtidos, los cuales favorecen a nuestra microbiota intestinal.
Otro alimento que no puede faltar a diario son los superfoods como cacao, cúrcuma, jengibre, caldo de hueso, entre otros, que además de dar un sabor delicioso a los alimentos, nos llenarán de nutrientes y aumentarán nuestras defensas.
La hidratación es un aspecto muy importante que no debemos dejar de lado, promover el consumo de agua natural a lo largo del día agregándole una pizca de sal del Himalaya o una ramita de romero fresco a fin de mineralizar nuestra agua, en caso que a nuestros pacientes no les agrade el agua simple, podemos realizar infusiones agregándoles rebanadas de fruta natural o menta, hierbabuena, romero las cuales le darán un sabor delicioso.
Debemos de seguir con consejos prácticos para modificar hábitos del estilo de vida, si nuestro paciente no realiza ejercicio, ponernos metas realistas de actividades que disfrute, por ejemplo, salir a caminar media hora a diario, pasear a nuestras mascotas, estacionarse lo más lejos posible a fin de movernos un poco más, inscribirse a actividades como clases de baile, etc.
Fomentar una rutina de sueño, acondicionando nuestra habitación para que esté a una temperatura agradable, lo ideal es que nuestra habitación se encuentre completamente obscura, evitar el uso del celular y televisión al menos dos horas antes de dormir, cenar ligero y evitar el consumo de muchos líquidos por la noche, un baño caliente o remojar los pies en sales de epsom promueve una adecuada relajación.
Un factor que a menudo puede ser subestimado y nutre nuestra alma es la convivencia con nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo, mascotas, realizando actividades recreativas que nos hagan salir de la rutina como ver una película, armar un rompecabezas, acampar, juegos de mesa, etc.
Debemos de establecer como objetivo con nuestro paciente que por lo menos una vez a la semana conviva con la naturaleza, caminando descalzo en el pasto, abrazando un árbol, respirando aire fresco, lo cual va a ayudar a reducir el estrés en nuestra día a día y ayudando a nuestro cuerpo a desintoxicarse.
Por último y no menos importante la espiritualidad, meditar puede ser una actividad nueva a implementar en nuestra rutina diaria y costarnos un poco de trabajo, pero traerá cambios importantes en nuestro día a día. Empieza por tu respiración, muchas veces perdemos el contacto con ella y no nos damos cuenta que no estamos respirando adecuadamente, perdiendo el contacto con nuestro cuerpo y afectando su oxigenación, simplemente conectar con ella y percatarnos si el aire es frío o caliente, es una forma muy sencilla de meditar y en el caso de que algunos pensamientos se nos crucen hay que tratar a los pensamientos como eventos temporales y que muchas veces no son reales, dejándolos ir y seguir conectando con nuestra respiración.
Suplementación
· L acetil carnitina: protege la membrana celular además de brindar energía.
·Coenzima Q10: favorece la producción de energía y protege el corazón, a demás de ser un importante antioxidante que protege el sistema inmunológico.
· Ajo: potente inmunoestimulante; es un antibiótico natural e ideal para la infección por cándida.
·Glutatión: inhibe la formación de radicales libres, protege el sistema inmunológico
·Multivitamínico/mineral: protege el estado de salud general además de favorecer una optima función inmune
·Vitamina C, D3 y E: Antioxidantes que fortalecen el sistema inmunológico