¿Sabes qué es la resistencia a la insulina?

¿Qué hace la insulina?

La insulina es una hormona peptídica que se produce en el páncreas, un órgano que contiene grupos de células llamadas islotes y células beta dentro de los islotes que producen insulina y la liberan en la sangre. La insulina mantiene los niveles normales del azúcar o glucosa en sangre al facilitar la absorción de glucosa celular; regular el metabolismo de carbohidratos, lípidos y proteínas; y promover la división celular y el crecimiento.  Desempeña un papel importante en la regulación de cómo el cuerpo utiliza los alimentos digeridos para obtener energía. Con la ayuda de la insulina, las células de su cuerpo absorben la glucosa y la utilizan como energía.

Cuando los niveles de glucosa en sangre aumentan después de una comida, el páncreas libera insulina en la sangre. Luego, la insulina y la glucosa viajan en la sangre a las células de todo el cuerpo. La insulina es responsable de varios mecanismos en todo el cuerpo. Ayuda a las células musculares, grasas y hepáticas a absorber la glucosa del torrente sanguíneo, lo que reduce los niveles de glucosa en sangre; estimula el tejido hepático y muscular para almacenar el exceso de glucosa; y reduce los niveles de glucosa en sangre al reducir la producción de glucosa en el hígado.

¿Qué es la glucosa?

La glucosa (azúcar en la sangre) es la principal fuente de energía para el cuerpo y es lo que determina nuestro apetito y la vitalidad que sentimos. Proviene de los alimentos que consumimos, por lo que una alimentación en equilibrio es importante para estabilizar sus niveles de forma natural: comer la cantidad correcta de proteínas, grasas e hidratos de carbono ricos en fibra, nos brinda energía sostenible y promueve la pérdida de grasa saludable a largo plazo.

¿Qué pasa en el cuerpo cuando comemos?

  1. Consumo de hidratos de carbono o de proteína
  2. Los alimentos se rompen en glucosa.
  3. La glucosa entra al torrente sanguíneo.
  4. Las células beta del páncreas reciben una alerta que hay glucosa en el torrente sanguíneo y produce la hormona llamada insulina
  5. La insulina transporta el azúcar de la sangre a las células de la grasa, el hígado y los músculos para usarlos como energía durante todo el día

¿Qué pasa cuando comemos en exceso?



  1. Los alimentos se rompen en glucosa.
  2. Hay demasiada glucosa en el torrente sanguíneo.
  3. El páncreas crea una oleada de sobreproducción de insulina para metabolizar esa glucosa que, a su vez, alerta al cuerpo de que hay suficiente energía disponible para usarse.
  4. Esta señal también alerta al cuerpo para comenzar a almacenar grasa en lugar de utilizarla para obtener energía.
  5. Con el tiempo este exceso de insulina deja de funcionar para transportar la glucosa a las células, y por lo tanto el azúcar en sangre empieza a estar en rangos elevados.
  6. Los niveles altos de azúcar en sangre son tóxicos, por lo que se empiezan a generar una serie de síntomas y de daños a los órganos, así como exceso de peso e inflamación crónica sistémica que desencadena en otros desbalances y enfermedades.

¿Qué pasa si la insulina está alta?

  1. Hay una sensación de hambre más exagerada de lo normal.
  2. Hay antojos constantes de azúcar y grasas.
  3. Las células se dedican a acumular grasa, en lugar de procesar el azúcar para producir energía.
  4. Causa que sea mucho más difícil bajar de peso.

¿Qué es la resistencia a la insulina?

La resistencia a la insulina se define clínicamente como la incapacidad de una cantidad conocida de insulina exógena o endógena para aumentar la captación y utilización de glucosa en un individuo tanto como lo hace en una población normal. En otras palabras, cuando eres resistente a la insulina, tu cuerpo no tiene la capacidad de responder y usar la insulina que produce. Las células del músculo, la grasa y el hígado no responden adecuadamente a la insulina y, por lo tanto, no pueden absorber fácilmente la glucosa del torrente sanguíneo.

Las personas con resistencia a la insulina necesitan niveles más altos de insulina para ayudar a que la glucosa ingrese a las células. Cuando las células beta del páncreas no pueden satisfacer la demanda de insulina, se acumula un exceso de glucosa en el torrente sanguíneo, lo que provoca trastornos de salud graves como la prediabetes y la diabetes tipo 2.

La resistencia a la insulina generalmente no presenta síntomas, y las personas pueden tener esta condición de salud durante varios años sin saberlo. Un signo de resistencia severa a la insulina es la acantosis nigricans, que es una afección de la piel que causa manchas oscuras en el cuello, los codos, las rodillas, los nudillos y las axilas.

Otros síntomas que pueden aparecer son:

•          Fatiga

•          Presión arterial aumentada

•          Aumento de grasa abdominal

•          Aumento de sensación de hambre

•          Aumento de sed

•          Antojos por alimentos dulces o salados

•          Desbalance hormonal

•          Lengua con relieve

¿Cómo saber si padezco resistencia a la insulina?


Existen diferentes pruebas para saber si hay resistencia a la insulina. Lo ideal es hacer un estudio anual revisando niveles, y si ya tienes diagnóstico, cada 4 meses para darle seguimiento al tratamiento. Es importante siempre tomar en cuenta la sintomatología.

  • Homeostasis model assessment (HOMA): Concentraciones de glucosa basales * niveles de insulina basal/405. Cuando el valor es superior a 2.5 indica resistencia a la insulina, pero desde 2 debemos de considerarlo una alarma, y empezar a hacer cambios de hábitos
  • Quantose IR: Se reporta el nivel de dos ácidos grasos (alfa-hidroxibutírico y oleico), un fosfolípido (linoleoil-glicerofosfocolina) e insulina. La gráfica va del 0 a 120, cuando el valor es >63 es indicativo de resistencia a la insulina.
  • Prueba de tolerancia a la glucosa con curva de insulinemia: se administran 75gr de glucosa vía oral, y se va midiendo la insulina.
  • Resistencia la insulina= 100 y 60 uU/ml a la hora y >140mg/dl a las dos horas.

¿La resistencia a la insulina se relaciona con algunos padecimientos?

La resistencia a la insulina está relacionada con ciertas enfermedades crónicas como síndrome metabólico, síndrome de ovario poliquístico, hígado graso, Alzheimer, gota. Con el tiempo, la resistencia a la insulina tiende a empeorar y las células beta pancreáticas que producen la insulina comienzan a desgastarse. Eventualmente, el páncreas ya no producirá suficiente insulina para superar la resistencia de las células, lo que da como resultado niveles más altos de glucosa en la sangre (prediabetes) y luego diabetes tipo 2.

¿Qué alimentación debo de seguir?

El tipo de alimentación más recomendable para controlar e ir revirtiendo esta condición es la alimentación por bloques. Este tipo de plan de alimentación se basa en incluir una opción de cada grupo diferente de alimentos por tiempo de comida, para así evitar que la glucosa se eleve.

Los carbohidratos y de las proteínas son los alimentos que necesitan más insulina para metabolizarse. Cuando estos se combinan con fibra, verduras y grasa, no se producen picos de glucosa y por lo tanto no se necesita tanta insulina.

Es por ello que se recomiendo siempre incluir una combinación de grasa, verduras y proteína en combinación con los carbohidratos. El orden en que se consumen los alimentos también son un factor importante para evitar hiperinsulinemia. Es decir, el cuerpo responderá muy diferente si primero se come la grasa y después el carbohidrato a que si se hace al revés.

Se alienta a las personas con resistencia a la insulina a seleccionar grasas no saturadas en lugar de ácidos grasos saturados y trans. El impacto de la ingesta a largo plazo de ácidos grasos saturados en la resistencia a la insulina es importante porque a medida que las personas con diabetes disminuyen su ingesta de carbohidratos, aumentan su ingesta de grasas, especialmente grasas saturadas de alimentos como productos horneados y carne de res grasosa.

La ingesta de alimentos ricos en ácidos grasos monoinsaturados como componente de la dieta mediterránea (y la dieta cetogénica) mejoró el control glucémico y los lípidos séricos, es por ello que se recomienda incluir grasas como el aceite de oliva, aguacates, nueces y semillas.

Las personas con resistencia a la insulina también deben aumentar los alimentos que contienen ácidos grasos omega-3, específicamente comiendo al menos dos porciones de pescado graso silvestre cada semana, como parte del plan de alimentación. Eso incluye caballa, salmón, arenque, atún, pescado blanco y sardinas. Otros alimentos omega-3 incluyen nueces, semillas de chía, semillas de linaza, semillas de cáñamo/hemp, yemas de huevo y natto.

Recueda, el orden de los factores SÍ altera el producto: 1) verdura 2) proteínas y grasa 3) carbohidratos. Esto reduce el 73% el pico de glucosa y 48% el pico de insulina.

Asimismo, se deben de eliminar alimentos que pueden aumentar los niveles de glucosa e insulina como lo son: hidratos de carbono simples, alimentos ultraprocesados, harinas blancas, bebidas azucaradas, alcohol, grasas saturadas incluyendo carnes rojas como cerdo y res y alimentos lácteos los cuales pueden aumentar la glucosa preprandial.

Dentro de las estrategias nutricionales entran ciertos superfoods que sensibilizan la insulina, ayudan a metabolizar carbohidratos y disminuyen inflamación: caldo de hueso, cacao, canela, vinagre de manzana orgánico, té verde o matcha, linaza, verduras crucíferas (brócoli, col de Bruselas, col, coliflor, rúcula, etc.), hinojo, fenogreco.

Es importante que NO satanices a los hidratos de carbono, no son malos. Al contrario son necesarios para tener energía duradera pero siempre se deben de comer al final, moderar la porción, preferir opciones de bajo IG. Al restringirlos demasiado pueden haber antojos descontrolados y compulsiones.

No olvides, cenar temprano y evitar en las noches alimentos lácteos y consumir mucha proteína animal. Elige opciones de cenas ligeras como sopa de verduras, licuado de proteína, ensalada con semillas ayudan a evitar sobre estimular a la insulina en las noches, y a que comience su ciclo normal al día siguiente.

Tratamiento convencional

La metformina, un fármaco utilizado para tratar la diabetes, resistencia a la insulina y patologías relacionadas anteriormente mencionadas ya que se encarga de reducir la cantidad de glucosa que libera el hígado en la sangre y hace que el cuerpo sea más sensible a la insulina.

Existen otros medicamentos como los inhibidores de las alfa glucosidasas, así como medicamentos inyectables como los agonistas de la GLP-1.

Tratamiento no convencional

Investigaciones han demostrado que varias vitaminas, minerales y otros nutrientes tienen el potencial de mejorar la sensibilidad de la insulina y establecer los niveles de glucosa en sangre.

  1. Magnesio. Dosis: Magnesio citrato 500 mg, glicinato 250 mg por la noche.
  2. Cromo. Dosis: picolinato de cromo 200 mcg 1 por la mañana.
  3. Vanadio. Dosis: 1 mg con cromo.
  4. Biotina. Dosis: 1000 a 5000 mcg 1 diario.
  5. Ácido linoléico conjugado (CLA). Dosis: 3 gramos.
  6. Ácido Alfa Lipoico. Dosis 200 a 400 mg diarios.
  7. EPA/DHA. Dosis omega 3: 1 a 2 gramos diarios.
  8. Berberina. Dosis: 500 a 1500 mg diarios.

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