Urolitina y su papel en la salud mitocondrial

Las urolitinas son un grupo de metabolitos intestinales derivados de dos taninas, la elagitanina y el ácido elágico, a los cuales se les puede considerar dentro de la familia de los polifenoles. Estas taninas han sido consideradas durante mucho tiempo como un antinutriente, dada su escasa biodisponibilidad.

La granada es muy rica en elagitaninos, seguida por algunas frutas del bosque (como las frambuesas o las moras), frutos secos (como las nueces) y otros frutos (como la rosa mosqueta).

El ácido elágico, liberado en el tracto gastrointestinal, es parcialmente absorbido y metabolizado por la microbiota intestinal en urolitina. La urolitina A (URO-A), por ejemplo, ha demostrado protección contra los marcadores de osteoartritis, efecto que se asoció con una mayor cantidad y calidad de las mitocondrias en los condrocitos (células que se encuentran en los cartílagos).

Urolitinas como mitófagos

Las mitocondrias son convertidoras muy importantes de energía y generan productos de desecho, estos productos se denominan Especies Reactivas de Oxígeno (ROS), los cuales pueden dañar el ADN, lo que puede provocar inflamación y daño celular.

En situaciones de inflamación crónica o mantenida durante mucho tiempo, la mitocondria puede verse superada en su capacidad de alimentar y regular a la célula así impidiéndose la correcta regeneración tisular y produciéndose un daño en el órgano afectado.  Si esta situación afecta a las células del sistema inmune éstas se agotan y dejan de protegernos como deberían ante virus, bacterias, alérgenos, etc.

La presencia de mitocondrias dañadas afecta a casi todas estas células del sistema inmunitario y es un factor clave en su deficiente funcionamiento durante el envejecimiento (por lo que se dice que las mitocondrias, juegan un papel crucial en el envejecimiento) y en la generación y mantenimiento de un estado de inflamación crónica conocido como inflamm-aging.

La mitofagia es el proceso para eliminar y reciclar las mitocondrias dañadas, y parece ser una estrategia prometedora para revertir la disfunción mitocondrial.

Se ha demostrado que la URO-A mejora la mitofagia en varios tejidos afectados por el envejecimiento y las enfermedades asociadas con la edad, en particular los tejidos musculoesqueléticos (como es el caso de la osteortritis). Este impacto en la función mitocondrial podría resultar benéfico para múltiples tejidos y sus funciones fisiológicas correspondientes. Lo anterior sugiere que la suplementación con URO-A puede actuar como un efecto antiaging.

Dosis

La dosis ideal es entre 250 mg y 500 mg por día.