Azúcar y metabolismo

Azúcar y metabolismo

¿Conoces cómo el azúcar nos esta afectando a nivel metábolico?

La resistencia a la insulina es realmente una epidemia y el problema principal para nuestra salud en todo el mundo. Solamente en los Estados Unidos afecta al 80% de la población adulta.

La salud metabólica no solamente se trata de la habilidad de nuestro cuerpo para quemar calorías y mantener un peso saludable; tiene un impacto en muchas de nuestras funciones, desde nuestra salud cardiovascular hasta nuestra salud cerebral, nuestro estado de ánimo, problemas de fertilidad, etc. Nuestro metabolismo se encarga de crear y usar energía, si tenemos alguna disfunción en este proceso podemos experimentar inflamación crónica que eventualmente nos llevaría a enfermedades crónicas.

Muchos países están mostrando tasas crecientes de personas con resistencia a la insulina, esto se debe a que la dieta antes conocida como “dieta occidental” se ha popularizado en el mundo. Para entender mejor el concepto de resistencia a la insulina tenemos que saber que una persona que constantemente está elevando sus niveles de glucosa está, al mismo tiempo, elevando sus niveles de insulina. Ahora bien, aunque la glucosa puede elevarse y regresar a sus niveles normales en poco tiempo, no sucede lo mismo con la insulina, ya que tarda mucho más tiempo en regularse. Así que eventualmente, los constantes niveles altos de insulina empiezan a hacer al cuerpo resistente a ella. Esto es un concepto fundamental de biología y nos dice que mucha cantidad de alguna sustancia en particular, dará como resultado la resistencia del cuerpo a esta sustancia. Así que cuando nuestro organismo desarrolla esta resistencia, necesitará cada vez más insulina para tener el mismo efecto. En pocas palabras, la resistencia a la insulina aparece cuando tienes bajos niveles de glucosa, pero altos niveles de insulina en el cuerpo. Y es por esto que más que diagnosticar basados en los niveles de glucosa, debemos enfocarnos más en los niveles de insulina.

El problema al momento de detectar niveles altos de glucosa es que la medicina tradicional ataca este problema subiendo los niveles de insulina aún más. Y está comprobado que esta acción, aunque disminuya los números en el nivel de glucosa, hace que las personas con diabetes tipo 2 engorden, se enfermen más y mueran más rápido. El riesgo de padecer Alzheimer (Diabetes tipo 3) o morir por cáncer se duplica y el riesgo de muerte por enfermedades cardiacas se triplica.

Probablemente pensamos que somos personas saludables ya que no somos obesos, entonces la resistencia a la insulina no es algo que nos preocupe de momento. Sin embargo, existen padecimientos muy comunes que pueden ser los primeros síntomas de tener resistencia a la insulina, por ejemplo, migrañas o disfunción eréctil.

La disfunción eréctil es un fallo en la insulina al regular el flujo sanguíneo ya que la insulina viaja a través de los capilares y hace que los vasos sanguíneos se dilaten, lo cual es esencial para que el hombre logre la erección. Cuando los capilares se vuelven resistentes a la insulina, los vasos sanguíneos no logran dilatarse y no pueden incrementar el flujo sanguíneo, resultando en el problema conocido como disfunción eréctil.

Si utilizamos esa misma lógica en todo el cuerpo, podemos ver cómo la resistencia a la insulina es la explicación más común para la hipertensión. Si un paciente llega al consultorio con este problema, lo que el doctor hará será darle un medicamento para regular su presión arterial lo cual ayudará a disminuirla, pero no estará atacando la causa fundamental del problema.

En las mujeres el mayor problema de infertilidad es el síndrome de ovario poliquístico y esto es un problema completamente relacionado con la resistencia a la insulina, es un problema metabólico que no permite que los ovarios produzcan la cantidad normal de estrógeno que a su vez afecta en la ovulación.

Hablando de las migrañas, epilepsia y alzheimer; podría parecer que no tienen relación alguna sin embargo en todas hay un déficit de energía. El cerebro tiene una demanda de energía bastante alta todo el tiempo, aún estando dormidos el cerebro requiere una cantidad de energía sorprendente, debido a que la dieta tradicional es alta en carbohidratos, el cerebro adquiere toda su energía de la glucosa, la insulina ayudará que una cantidad (no toda) de esa glucosa llegue al cerebro para cumplir las funciones necesarias como principal combustible. Pero a medida que el cerebro se vuelve resistente a la insulina, la disponibilidad de la glucosa será menor; debido a que el cerebro no podrá obtener toda su energía de la glucosa se empezarán a presentar estas patologías.

Existen estudios de hace casi 100 años en los que doctores utilizan dietas bajas en carbohidratos para pacientes con migrañas mostrando como resultado que las migrañas dejaron de aparecer completamente o en algunos casos bajaron un 90%. He visto personalmente en mi pareja, quien es propensa a sufrir de migrañas, que en el momento en el que sucumbe ante el antojo de comida indulgente, principalmente carbohidratos simples, puede llegar a presentar migrañas con más frecuencia que cuando sigue una dieta de mayor calidad.

Una dieta basada en plantas y alimentos enteros es una buena alternativa para lograr una mejor función celular, consumo de antioxidantes, fibra, fitonutrientes, omegas, etc. Sin embargo, no significa que los niveles de glucosa no se dispararán de vez en cuando, por lo cual es recomendable tener un monitor de glucosa a la mano.

Aparte de llevar una dieta equilibrada y completa, debemos aprender a combinar los macro y micronutrientes y experimentar con diversos horarios de comida ya que cada persona es distinta y tiene actividades a lo largo del día que necesitan energía en distintas horas. Otra de las opciones con las que podemos experimentar es el ayuno intermitente ya que ha probado tener grandes resultados en el control de peso y la resistencia a la insulina.

Es importante mencionar que las comidas altas en carbohidratos consumidas a altas horas de la noche están relacionadas con problemas de insomnio. Cuando tenemos altos niveles de glucosa mientras dormimos, esto provoca que nuestra temperatura corporal aumente, lo que a su vez provoca que la calidad del sueño no sea la ideal. Tener problemas de insomnio incrementa la probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina, así que esto se vuelve un círculo vicioso.

Si crees que puedas tener resistencia a la insulina consulta a un nutriólogo funcional, el cuál te ayudará a encontrar el régimen alimenticio y de actividad física que mejor se adapte a tu estilo de vida.