Conexión intestino-cerebro
Te ha sucedido que en algún momento menciones o sientas ¿Tengo un hoyo en el estómago? ¿Te haz preguntado por qué este dicho involucra nuestro cerebro y nuestro estómago? La respuesta es la conexión intestino-cerebro, es decir ese que conocemos como nuestro “segundo cerebro”.
¿Qué es la conexión intestino-cerebro?
Las bacterias en el intestino juegan un papel importante en la función del cuerpo humano. La microbiota intestinal es responsable de las funciones diarias, incluida la digestión y la absorción de nutrimentos. Se conoce a la microbiota como el conjunto de los microorganismos (bacterias, arqueas, eucariotas y virus) presentes en un entorno definido. Varía según su entorno, a la microbiota situada en el tracto intestinal, por ejemplo, se la denominará microbiota intestinal.
El intestino y el cerebro funcionan de "manera bidireccional", lo que significa que la salud intestinal puede afectar e incrementar el estrés, la ansiedad, la depresión, así como interferir en la cognición.
Estudios científicos demuestran que el intestino es el hogar del sistema nervioso entérico (SNE). El SNE, está formado por dos capas delgadas con más de 100 millones de células nerviosas en ella.
Estas células recubren el tracto gastrointestinal, controlando el flujo sanguíneo y las secreciones para ayudar al tracto gastrointestinal a digerir los alimentos. También nos ayudan a “sentir” lo que sucede dentro del intestino, ya que este segundo cerebro está involucrada en la digestión de los alimentos.
Nuestro segundo cerebro es tan complejo, que los científicos no están convencidos de que haya sido diseñado solo como una forma de ayudar en la digestión. Entonces, si bien no es capaz de tener pensamientos ,pero sí “habla” con el cerebro de distintas maneras.
La microbiota intestinal parece desempeñar un papel crucial en la depresión, demostrando beneficiar la salud mental. Los investigadores han demostrado que una microbiota intestinal sana, transmite señales cerebrales a través de vías que participan en la formación de neuronas cerebrales y el control del comportamiento. También se ha demostrado que la inflamación afecta el cerebro y la forma en que alguien piensa, lo que explica por qué más del 20% de las personas con una microbiota deficiente, exhiben comportamientos depresivos.
La investigación muestra que el estrés también está íntimamente ligado a todo esto. Sabemos que la salud intestinal influye en la ansiedad y la respuesta del cuerpo al estrés como parte de la conexión intestino-cerebro. Nuestros cuerpos responden al estrés con un "sistema de lucha o huida", relacionado con nuestros niveles de cortisol y sabemos que está regido por el eje hipotalámico-pituitario-adrenal. Cuando sucede algo aterrador o preocupante, como si alguien salta inesperadamente frente de tí, activa una reacción física; las palmas pueden sudar y puedes sentir que los latidos de tu corazón se aceleran.
Normalmente, si te encuentras en una situación estresante, tu cuerpo vuelve a la normalidad. Sin embargo, si estás en constante estrés, tu cuerpo está atrapado en esa fase de “lucha - huida” durante un período de tiempo prolongado. La parte más importante es que nuestros cuerpos no pueden distinguir entre el estrés físico y mental; estrés es estrés. Por lo tanto, tu cuerpo responde de la misma manera tratando de combatir el estrés.
Este constante estado de estrés provoca una inflamación crónica. El cuerpo reacciona al estrés como un tipo de infección y trata de superarlo. La inflamación es la raíz de muchas de las enfermedades, ésta exposición a un estrés prolongado puede tener graves consecuencias para tu salud, que van desde presión arterial alta, hasta trastornos autoinmunes. Los tipos de bacterias que se encuentran en el intestino -"bacterias buenas" juegan un papel en cómo se regulan nuestras respuestas inmunes.
¿Cómo podemos mejorar la conexión entre nuestro intestino-cerebro?
- Evitar los alimentos procesados; una dieta basada en alimentos integrales conduce a un intestino con una composición muy diferente a la que se ha alimentado principalmente con alimentos refinados y procesados.
- Consumo de probióticos y prebióticos; comer alimentos ricos en probióticos, como kéfir y chucrut, también puede hacer que tu intestino y estado de ánimo mejoren. Los probióticos son bacterias buenas que recubren principalmente el intestino y son responsables de la absorción de nutrientes y de apoyan tu sistema inmunológico.
- Evitar el consumo de gluten; para muchas personas, limitar el gluten también tendrá un efecto positivo en la microbiota intestinal. Los métodos tradicionales de remojar, germinar y agriar los granos para hacerlos digeribles y nutritivos se han abandonado por un método rápido y conveniente de producción masiva de alimentos.
- Consumir grasas saludables; las grasas saludables son esenciales para el desarrollo del cerebro. El aceite de oliva, por ejemplo, incluye una gran cantidad de antioxidantes que protegen las células del daño oxidativo. También ayuda a mejorar la memoria y la función cognitiva, y actúa como antiinflamatorio.
Los beneficios del aguacate van desde proteger tu corazón hasta ayudar con la digestión, pero también es una excelente opción para mejorar tu estado de ánimo.
- Consumo de hongos; el hongo shiitake contiene mucha vitamina B6. Debido a que la vitamina B6 promueve la producción de serotonina y neurotransmisores, asociados a un estado de ánimo positivo y reducción del estrés.
- Consumo de nueces y semillas; investigaciones muestran que están llenas de serotonina, las semillas de sésamo provienen de la tirosina, un aminoácido que aumenta los niveles de dopamina el cerebro,promueve la hormona de la felicidad y equilibra las demás.
PUNTOS IMPORTANTES:
- Seguimos en constantes investigaciones de la relación de nuestro intestino y cerebro.
- Nuestro cuerpo y mente están mucho más conectados de lo que se cree.
- Las bacterias en el intestino juegan un papel importante en la función del cuerpo humano. Son responsables de las funciones diarias, incluida la digestión y la absorción de nutrientes.
- La salud intestinal tiene un impacto muy importante en la salud mental. Esto se conoce como la conexión intestino-cerebro.
- Investigaciones demuestran que existe una conexión entre la microbiota intestinal y los trastornos de salud mental como la depresión la ansiedad y el estrés.
- La clave es mejorar la salud intestinal, lo que tendrá como consecuencia la reducción de la inflamación sistémica y mejorar la salud mental, por el eje de comunicación que existe entre intestino-cerebro.