Inflamación

Inflamación

La inflamación es una parte de la respuesta normal del cuerpo a una infección o lesión.

Es cuando el tejido dañado libera sustancias químicas que les dicen a los glóbulos blancos que comiencen a repararse.

La inflamación, el envejecimiento y la nutrición están interconectados porque nuestro cuerpo es una maquina de precisión, que al igual que un reloj, si una pieza empieza a fallar, se produce una reacción en cadena con múltiples consecuencias.

Uno de los principales detonantes del envejecimiento es la inflamación crónica celular.

La inflamación celular es el orígen de múltiples patoloigías de tipo neurodegenerativas, vasculares, diabetes, osteoporosis, alteraciones en el sistema inmunológico, endócrino, desequilibrios hormonales, patologías dermatológicas como dermatitis, psoriasis, rosácea, alopecia, envejecimiento prematuro de la piel e incluso cáncer.

Esta alteración sucede cuando el organismo detecta una amenaza y pone en marcha mecanismos inflamatorios para acabar con el virus, las bacterias, o el deterioro de las células que ponen en riesgo nuestra salud.

Se detecta la amenaza, se estimula la secreción de enzimas que atacarán y destruirán los tejidos sanos para deshacerse del problema, y se da paso a la regeneración.

Este proceso inflamatorio es bueno y necesario en algunos casos los que aparece un agresor para nuestro organismo, pero si se vuelve crónico dañará el órgano o tejido en cuestión.

FACTORES QUE INCIDEN DIRECTAMENTE EN INFLAMACIÓN CRÓNICA:

DESARREGLO EN EL BALANCE OMEGA 3 Y OMEGA 6

Así como tenemos mecanismos de encendido para la inflamación, tenemos mecanismos de apagado y una de las cosas que determina qué tipo de respuesta se presenta ante un proceso inflamatorio, es qué materia prima tengo en mi cuerpo para producir la sustancias que asisten esa señalización, son los autacoides.

Los autacoides son sintetizados a partir de ácidos grasos y una de las causas de inflamación crónica es una falla para resolver la inflamación y tiene que ver con un exceso de precursores pro inflamatorios, y estoy hablando puntualmente del ácido araquidónico, en términos prácticos: las carnes procesadas, las grasas de mala procedencia son pro inflamatorias.

No es posible mejorarse de una patología pro inflamatoria crónica si yo sigo consumiendo los aceites para fritar los aceites de canola, las margarinas. Si nosotros miramos a un animal salvaje en su contexto natural, tiene una relación omega 3 omega seis que va de uno a uno. Tiene una dosis de omega 3 y omega 6 en tus  membranas celulares en tus reservas que está proporcionada.

RESISTENCIA A LA INSULINA

La mayor causa de inflamación crónica es la resistencia a la insulina, es una disfunción metabólica subclínica. Por ejemplo una persona que puede hacer mucho deporte pero que está luchando con cinco kilitos, un hombre que tenga el ácido úrico en 6.5 que parece normal, un azúcar en 97 que parece normal, pero está cerca en el límite superior, su riesgo de tener un infarto es mucho mayor a una persona que tenga el azúcar entre 75 y menos de 90.

Las enfermedades no son genéticas, las enfermedades tienen una relación del 10 al 20% con nuestra genética, lo que determina realmente la manifestación o no de una enfermedad es la epigenética y tiene que ver con todo lo que estamos hablando: el tipo de dieta, el tipo de actividad física, etc.

En ese sentido, una persona con una disfunción metabólica subclínica, así haga mucho deporte, con una elevación de las pruebas hepáticas (un HDL en 38 por ejemplo) a pesar de mucho ejercicio, NO ES NORMAL.

Es un marcador de resistencia a la insulina y es una persona que, adecuándose a una dieta, rápidamente mejora, con poquito de ayuno intermitente, un poquito de ejercicio en ayunas, dejando de comer cada 3 horas, su metabolismo cambia y su estatus inflamatorio disminuye. Y lo más lindo de todo es que además de que sus  estudios de laboratorio mejoran, disminuye el riesgo de infarto, se siente mejor, con más energía, pierde el poquito de grasa y su desempeño físico mejora.

SENSIBILIDADES ALIMENTARIAS

Otra causa importantísima son las sensibilidades alimentarias, existen personas que son sensibles al gluten. Si tienes dolor crónico saca los cereales por un mes, así como un reumatólogo te dice: “tómate este remedio, te puede dar diabetes y alergias” y lo ensayas por si acaso te mejoras, saca los cereales y miremos.

Los niños pueden estar sensibilizados por el tipo de dieta que comen, por comer alérgenos, por tomar lácteos, por comer azúcar. Las mujeres pueden estar inflamadas en una endometriosis por infecciones intestinales y esta inflamación puede tener que ver con lácteos, con cereales, con el huevo con infecciones intestinales.

CORTISOL FUERA DE CONTROL

El cortisol es uno de los frenos del sistema inmune y cuando nosotros tenemos descargas crónicas de nuestro sistema de respuesta al estrés, el sistema de respuesta al estrés pierde la capacidad de operar.

El cuerpo hace una regulación a la baja de los efectos del cortisol y cuando corremos pruebas de cortisol a nuestros pacientes con enfermedades autoinmunes, lo que vemos es que su respuesta al cortisol está completamente apagada. No tienen mecanismos antiinflamatorios.

DESBALANCE DE LA MICROBIOTA INTESTINAL

Otro gran componente de la inflamación crónica es la disbiosis, la patología digestiva, las alergias intestinales, la microbiota intestinal, induce linfocitos reguladores, que son de alguna manera los que entran a calmar, aumentan la tolerancia inmunológica, un sistema inmune saludable debe ser tolerante a los antígenos propios, a sus propios tejidos, debe reconocerlos como propios y no atacarlos.

La tolerancia inmunológica también es importante hacia las proteínas de la dieta, de modo que cuando tenemos permeabilidad intestinal, una barrera intestinal totalmente dañada y una entrada masiva de proteínas mal digeridas, especialmente proteínas alergénicas, nuestro sistema inmune se empieza a saturar y eso nos puede llevar es a perder la tolerancia.

TOLERANCIA INMUNOLÓGICA

Otra cosa que debemos ser tolerantes, es a las bacterias propias, entonces date cuenta como el sistema inmune en el 99.9% de las veces debe no reaccionar, un reconocimiento de que esto es propio. Entonces uno puede perder esa tolerancia a sus tejidos propios y esa es una característica esencial de las enfermedades autoinmunes, es esa pérdida de la tolerancia inmunológica que más adelante nos lleva a generar memoria inmunológica contra nuestros propios tejidos, eso es una enfermedad autoinmune.

Entonces recuperar la tolerancia inmunológica viene de trabajar en todas estas áreas. mejorar nuestro metabolismo, una dieta hipo alergénica, manejar gestionar el estrés, mantenernos activos, con un nivel de actividad sano, mejorar nuestros intestinos, sanar infecciones crónicas, resolver deficiencias nutricionales. Un inbalance de omega 3 omega 6, utilizar probióticos, fermentados en nuestra dieta, pero el gran mensaje es que LA INFLAMACIÓN ES EL ASESINO SILENCIOSO.

ESTRÉS OXIDATIVO Y LOS RADICALES LIBRES

El estrés oxidativo y los radicales libres, son el proceso de deterioro celular que depende de la producción de radicales libres. Los radicales libres son moléculas que han perdido un electrón, por lo que intentan estabilizarse robando un electrón de cualquier otra molécula que encuentren a su paso, mediante un proceso conocido como oxidación. En el momento que lo consiguen, generan un nuevo radical libre, de modo que se produce una reacción en cadena, que favorecerá el daño de un gran número de células sanas.

ESTILO DE VIDA

Un estilo de vida con hábitos poco saludables, como el tabaco, el consumo de alcohol, el abuso de antibióticos, descanso insuficiente, la contaminación, el exceso de sol, alta exposición a algunos químicos presentes en la ropa, calzado, alimentos y cosméticos, hábitos sedentarios y con altos niveles de estrés y ansiedad.

ALIMENTACIÓN

Las decisiones que tomas en el supermercado pueden afectar la inflamación de tu cuerpo, una mala alimentación rica en azucares, harinas refinadas, alimentos procesados y pobre en proteínas de alta calidad, antioxidantes, vitaminas o fibras vegetales.

Un cuerpo sano maneja mejor el estrés diario, mientras que un estilo de vida poco saludable y el estrés diario pueden contribuir a un problema más profundo:

LA INFLAMACIÓN CRÓNICA.

“Nunca es demasiado tarde para hacer cambios positivos en la vida”

Existen algunas formas en las que puedes ayudar a resolver la respuesta inflamatoria de tu cuerpo.

1. Deshazte de esa dieta

Desafortunadamente, muchos de nosotros no recibimos nuestra parte justa de nutrientes de los alimentos.

Es posible que te sientas cansado y con exceso de trabajo, y en lugar de tomarte el tiempo para preparar una comida saludable y bien equilibrada, recurrimos a alimentos desencadenantes inflamatorios convenientes que carecen de nutrientes como azúcar refinada, carnes rojas procesadas y con alto contenido de grasa,  alimentos fritos, lácteos, café, alcohol, gluten, etc.

Estos pueden provocar una activación del sistema inmunológico innato y dar lugar a una producción excesiva de citocinas proinflamatorias.

Es hora de romper el ciclo incorporando alimentos antiinflamatorios en el día a  día.

Una dieta  mediterránea,  por ejemplo, normalmente tiene una alta proporción de ácidos grasos monoinsaturados en comparación con las grasas saturadas, y más ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6, también es rica en frutas frescas, verduras, legumbres y cereales integrales, etc, que han mostrado efectos antiinflamatorios en estudios observacionales e intervencionistas.

2. Mantente hidratado

Este es obvio. Siempre es importante beber suficiente agua durante el día y asegurarse de estar adecuadamente hidratado.

El agua constituye un gran porcentaje de nuestro cuerpo para mantener todos nuestros sistemas fisiológicos funcionando juntos sin problemas, y ayuda a eliminar las toxinas y los químicos no deseados que podemos recoger del medio ambiente.
Puedes agregar rodajas de fruta fresca para darle vida a tu agua y que no te parezca aburrida.

El té verde, está lleno de antioxidantes, es ideal para beber por la tarde después de comer.

3. Pon el estrés en reposo

En nuestra cultura moderna de ritmo acelerado, es posible que nos  encuentremos trabajando demasiado y sin descansar lo suficiente.

La respuesta inicial al estrés puede ser positiva, pero si no se controla, puede provocar estrés crónico y volverse proinflamatorio.

Esto es cuando dormir más, practicar yoga o realizar actividades relajadas que amas puede hacer una gran diferencia.

La falta de sueño puede hacer que te sientas lento, desmotivado e irritable, lo que solo agrava un problema de estrés; y el aumento del estrés perturba la calidad de  sueño. Las investigaciones también han relacionado los niveles más altos de proteínas inflamatorias con dormir menos horas por la noche.

Además de descansar adecuadamente, tomarse el tiempo para moverse y hacer ejercicio son útiles para aliviar el estrés, ya que liberan endorfinas que hacen que te sientas bien y pueden reducir los niveles de adrenalina y cortisol (hormonas del estrés) de tu cuerpo.

Llevar una dieta rica en nutrientes, garantizar una hidratación adecuada y dedicar tiempo a la relajación, el ejercicio y los hábitos de sueño saludables son algunas formas sencillas en las que se puede contribuir a  mejorar la salud de tu cuerpo hoy.