MINDFULNESS: CULTIVANDO HÁBITOS SALUDABLES DESDE LA COCINA HASTA LA MESA
Uno de los mayores retos es la hora de comer con los pequeños. Pero desde muy temprana edad podemos lograr fusionar lo que es la nutrición consciente con el mindfulness, y así crear hábitos alimenticios saludables desde la infancia, y desde el enseñarles a los pequeños que desde ese momento están pudiendo determinar el futuro de su salud y bienestar. En palabras para niños “enseñarles los alimentos que hacen muy feliz a su cuerpo y a los bichitos que viven en su panza para poder tener mucha fuerza y energía para aprender, jugar y divertirse”. Los niños por naturaleza son sabios a la hora de comer y debemos fomentar que continúen siendo comedores intuitivos cuando crezcan. Como mamá de dos se que puede ser todo un reto, pero que nosotros somos un gran ejemplo para ellos.
A continuación te presento algunos pasos que me han ayudado mucho con mi mamá a enseñarles a mis hijos a comer, pero antes quiero decirte que, como muchas mamás, me he enfrentado a muchos retos y como un ser humano imperfecto me he desesperado algunos días. Lo importante es que cada día es una oportunidad de ayudar a nuestros hijos a conectarse con la comida de manera consciente para su bienestar físico y mental, y evitando las distracciones del día a día.
Desde el primer día que empiezan a comer, enséñenles los alimentos como son y platiquen de donde vienen y que utilicen todos sus sentidos a la hora de descubrir nuevos alimentos y a la hora de comer para que sea una experiencia mucho más profunda y disfrutar del nutrirse adecuadamente. Aquí es importante que vayan a mercados, supermercados, plantar nuestras propias semillas y enseñarles sobre la alimentación equilibrada y sostenible.
Conforme van creciendo es de gran importancia invitarlos a la cocina. Será un momento no sólo de conexión con los alimentos, sino que también de una mayor conexión con nuestros pequeños. Los primeros años son de gran importancia en el desarrollo físico y cognitivo, y la nutrición juega in papel fundamental en él, por ello enseñarles la importancia de admirar y agradecer los alimentos que nos regala la naturaleza que son los que más nos proveen de nutrientes esenciales, y así que nuestros hijos puedan crecer y prosperar.
Cultivar una relación positiva con la comida desde el principio, sin etiquetar alimentos como buenos o malos, sin satanizar y desde una comunicación asertiva son clave en definir hábitos saludables para el futuro y evitar desórdenes alimenticios a futuro. Es muy importante cuidar mucho el lenguaje que utilizamos alrededor de los alimentos, y mejor enseñar a ser comedor intuitivo a partir de reconocer las señales de hambre y saciedad, lo cual implica comer con consciencia y presencia de la mente.
Los pequeños conectan mucho más con la comida cuando somos creativos en la forma en la que presentamos los alimentos, agregando muchos colores y hacer figuras atractivas con la comida, o enseñarles a ellos a hacerlo. Hacer divertido el comer al enseñarles a usar los diferentes utensilios de cocina.
Nutrir a nuestros hijos va más allá de proporcionarles alimentos reales y llenos de nutrientes, sino que es un momento de cultivar una relación saludable y consciente con la comida. Así les enseñamos a comer para cuidar a su templo que es el cuerpo, mientras aprenden a apreciar y disfrutar el proceso. La hora de comer es un momento de alegría y mucha conexión.