Paludismo: Conociendo, previniendo y apoyando la recuperación
El paludismo, también llamado malaria, es una enfermedad infecciosa causada por parásitos del género Plasmodium, que se transmiten a través de la picadura de mosquitos Anopheles infectados. Aunque es prevenible y tratable, el paludismo sigue siendo un problema de salud importante en muchas regiones del mundo.
Un enfoque funcional ayuda a prevenir la enfermedad, apoyar al sistema inmunológico y optimizar la recuperaciónde quienes la padecen.
¿Qué es el paludismo?
El parásito del paludismo invade los glóbulos rojos, causando síntomas que pueden variar desde leves hasta graves:
- Fiebre alta y escalofríos.
- Sudoración profusa alternada con escalofríos.
- Fatiga y debilidad intensa.
- Dolor de cabeza, náuseas y vómito.
- Anemia por destrucción de glóbulos rojos.
- Complicaciones graves: daño cerebral, insuficiencia renal o respiratoria en casos graves.
Existen varios tipos de Plasmodium, siendo P. falciparum el más peligroso. Factores de riesgo
- Vivir o viajar a zonas endémicas de malaria.
- No usar medidas de protección contra mosquitos.
- Personas con defensas inmunitarias bajas.
- Ausencia de quimioprofilaxis preventiva en viajeros a zonas de riesgo.
Enfoque funcional: prevención y apoyo integral
La medicina funcional busca fortalecer el organismo y prevenir complicaciones, combinando estrategias de protección, nutrición y hábitos de vida saludables.
Prevención
- Mosquiteros y repelentes: dormir bajo mosquiteros tratados con insecticida y usar repelentes en piel y ropa.
- Ropa adecuada: mangas largas y colores claros para reducir picaduras.
- Quimioprofilaxis: medicación preventiva según indicación médica al viajar a zonas de riesgo.
- Control ambiental: eliminar agua estancada y criaderos de mosquitos.
Nutrición de apoyo
- Alimentos ricos en hierro y folato para prevenir anemia: verduras de hoja verde, legumbres, frutos secos.
- Frutas y verduras con vitamina C para mejorar absorción de hierro y fortalecer el sistema inmune.
- Proteínas de calidad: pescado, pollo, huevo, legumbres.
- Hidratación constante: agua, infusiones y caldos para prevenir deshidratación durante fiebre y vómitos.
Manejo de síntomas y recuperación
- Descanso suficiente y limitar actividad física intensa mientras dure la fiebre.
- Control de fiebre con métodos seguros y supervisión médica.
- Apoyo con alimentos fáciles de digerir y ricos en nutrientes para acelerar recuperación.
Apoyo inmunológico y funcional
- Suplementos bajo supervisión profesional: vitamina D, zinc y probióticos para fortalecer defensas.
- Evitar estrés excesivo y asegurar sueño reparador.
- Actividades de bienestar emocional para mejorar energía y recuperación.
Tratamiento médico
- Medicamentos antipalúdicos según tipo de Plasmodium y gravedad.
- Monitorización de signos vitales y análisis de sangre para seguimiento.
- Atención inmediata ante síntomas graves: confusión, dificultad respiratoria, ictericia o sangrado.
El paludismo es prevenible y tratable, pero requiere atención inmediata y cuidados integrales.
Un enfoque funcional integral —protección contra mosquitos, nutrición adecuada, hidratación, descanso y fortalecimiento del sistema inmune— acompaña el tratamiento médico y ayuda a la recuperación, minimizando complicaciones y fortaleciendo la salud general.