Trombosis: Comprendiendo la formación de coágulos y su prevención

La trombosis es la formación de un coágulo sanguíneo (trombo) dentro de un vaso sanguíneo, lo que puede bloquear parcial o totalmente el flujo de sangre. Esta condición puede ser grave y afectar la salud de órganos vitales como el corazón, pulmones o cerebro.
Un enfoque funcional no solo se centra en tratar la trombosis, sino también en prevenirla y mejorar la salud cardiovascular, la circulación y la función general del organismo.
Tipos de trombosis
Trombosis venosa profunda (TVP)
- Ocurre generalmente en venas profundas de las piernas.
- Síntomas: dolor, hinchazón, enrojecimiento, sensación de calor en la zona afectada.
Embolia pulmonar
- Ocurre cuando un coágulo de una TVP viaja hacia los pulmones, bloqueando arterias pulmonares.
- Síntomas: dificultad para respirar, dolor en el pecho, mareo o pérdida de conciencia.
Trombosis arterial
- Se forma en arterias, afectando órganos como el corazón (infarto) o cerebro (ictus).
- Síntomas: dolor intenso en la zona afectada, falta de sensibilidad o movilidad, cambios en la piel.
Factores de riesgo
- Inmovilidad prolongada: viajes largos, reposo en cama o sedentarismo.
- Edad avanzada: mayor riesgo de coagulación y enfermedades cardiovasculares.
- Obesidad y sobrepeso: aumenta presión en venas y desequilibrio metabólico.
- Enfermedades crónicas: hipertensión, diabetes, insuficiencia venosa.
- Tabaquismo y consumo de alcohol: alteran la circulación y la coagulación.
- Uso de anticonceptivos hormonales o terapia hormonal: puede incrementar riesgo de trombos.
- Antecedentes familiares: predisposición genética a problemas de coagulación.
Síntomas comunes
- Hinchazón, calor y enrojecimiento en extremidades (sobre todo piernas)
- Dolor o sensibilidad al tacto
- Fatiga inexplicable
- Dificultad respiratoria o dolor en el pecho (en casos graves)
- Palidez o cambios en la coloración de la piel
Nota: algunas trombosis pueden ser silenciosas, por lo que la prevención y revisiones médicas son fundamentales.
Diagnóstico
El diagnóstico suele incluir:
- Examen físico y antecedentes clínicos: revisión de síntomas y factores de riesgo.
- Pruebas de imagen: ultrasonido Doppler, angiografía, tomografía o resonancia.
- Análisis de sangre: para detectar alteraciones en la coagulación.
Un diagnóstico temprano es crucial para evitar complicaciones graves como embolias, infartos o accidentes cerebrovasculares.
Enfoque funcional en trombosis
Un enfoque funcional busca prevenir la formación de coágulos, mejorar la circulación y la salud vascular, combinando hábitos de vida, nutrición y movimiento:
1. Nutrición saludable para la circulación
- Alimentos que mejoran la función vascular: frutas y verduras ricas en antioxidantes, omega-3 (pescados, linaza, nueces), ajo y cúrcuma.
- Evitar excesos de: azúcares refinados, ultraprocesados, grasas trans y exceso de sal.
- Mantener hidratación adecuada, fundamental para la fluidez de la sangre.
2. Actividad física regular
- Caminar, nadar o ejercicios de bajo impacto para mejorar el retorno venoso.
- Movilidad diaria de piernas si se pasa mucho tiempo sentado.
- Estiramientos y ejercicios de respiración profunda para favorecer circulación y oxigenación.
3. Control de factores de riesgo
- Mantener peso saludable y presión arterial adecuada.
- Evitar tabaquismo y consumo excesivo de alcohol.
- Monitorear niveles de glucosa y lípidos para prevenir enfermedades metabólicas.
4. Estrategias funcionales de prevención
- Uso de medias de compresión en personas con riesgo de trombosis venosa.
- Elevar las piernas periódicamente para mejorar retorno sanguíneo.
- Incorporar hábitos de relajación y manejo de estrés, ya que el estrés crónico puede afectar la circulación y coagulación.
5. Revisión médica y seguimiento
- Controles periódicos para personas con factores de riesgo.
- Cumplimiento de medicamentos anticoagulantes si han sido indicados.
- Evaluación constante de signos tempranos de coágulos o problemas circulatorios.
Recomendaciones prácticas
- Caminar y mover piernas cada 1-2 horas si se permanece sentado o en reposo prolongado.
- Mantener dieta antiinflamatoria y rica en antioxidantes.
- Dormir y descansar adecuadamente para favorecer regeneración y circulación.
- Evitar ropa muy ajustada que restrinja flujo sanguíneo.
- Acudir a revisión médica ante cualquier signo de hinchazón, dolor o dificultad respiratoria.
Conclusión
La trombosis es una condición potencialmente grave, pero con un enfoque funcional integral es posible prevenirla, mejorar la circulación y proteger la salud cardiovascular.
Cuidar el estilo de vida, la alimentación, la actividad física y la gestión del estrés permite mantener una sangre más fluida, articulaciones y vasos saludables, y reducir el riesgo de complicaciones graves, promoviendo un bienestar general duradero.