Síndrome de fatiga crónica

Síndrome de fatiga crónica

El Síndrome de Fatiga Crónica es una enfermedad crónica caracterizada por una fatiga extrema que dura más de seis meses. Esta fatiga no puede explicarse por una condición médica subyacente. De hecho, uno de los principales desafíos de la enfermedad es que es imposible diagnosticarla con pruebas de laboratorio. Sin embargo, algunos profesionales creen que está estrechamente relacionado con la fatiga suprarrenal o la inflamación de todo el sistema del cuerpo.

El proceso de diagnóstico generalmente comienza descartando posibles enfermedades subyacentes y condiciones crónicas... hasta que la única opción que queda es el síndrome de fatiga crónica. Si no se trata, disminuye la resistencia, la memoria y la concentración.

El síndrome de fatiga crónica (CFS, por sus siglas en inglés) puede resultar en relaciones tensas con amigos y familiares, especialmente cuando no se diagnostica ni se trata. La culpa, la ansiedad y la ira son respuestas emocionales comunes para quienes luchan contra la fatiga crónica.

Síntomas del síndrome de fatiga crónica

Si bien el término "fatiga crónica" es bastante descriptivo de esta enfermedad paralizante. La fatiga crónica a menudo comienza repentinamente, con síntomas similares a los de la gripe. Pero a diferencia de la gripe, puede durar toda la vida.

Además de la profunda fatiga experimentada, el SFC suele acompañarse de otros síntomas graves, como:

-Dolor en las articulaciones que se mueve de un lugar a otro
-Dolor muscular
-Pobre concentración
-Pérdida de memoria
-Ganglios linfáticos agrandado                                                                                      ---Dolores de cabeza
-Escalofríos
-Sudores nocturnos
-Trastornos digestivos como el síndrome del intestino irritable (SII).

Las personas que padecen el síndrome de fatiga crónica también experimentan alteraciones significativas en los niveles de irritabilidad, cambios de humor, ataques de pánico, ansiedad y depresión. Según un estudio publicado en Family Practice, el 36% de las personas con SFC estaban clínicamente deprimidas y el 22% había “considerado seriamente el suicidio en el último año”.

Simplemente, los efectos secundarios emocionales y mentales del SFC no pueden pasarse por alto, y el tratamiento debe incluir la mente, el cuerpo y el espíritu.

Causas del síndrome de fatiga crónica

Todavía sabemos muy poco sobre la fatiga crónica y, lamentablemente, aún se desconoce la causa. Mientras los investigadores continúan buscando la causa raíz del síndrome de fatiga crónica, existen hallazgos preliminares de que los desequilibrios hormonales, la respuesta deficiente del sistema inmunitario, las infecciones virales, la presión arterial baja crónica y la deficiencia nutricional son factores contribuyentes.

Además, la investigación indica que el síndrome de fatiga crónica puede estar relacionado con el estrés oxidativo, la enfermedad celíaca y las sensibilidades o alergias alimentarias.

La mayoría de los investigadores creen que es una combinación de factores que pueden variar de un individuo a otro. Los virus que pueden causar SFC incluyen HHV-6, HTLV, Epstein-Barr, sarampión, coxsackie B, parovirus y citomegalovirus.

4 pasos para superar el síndrome de fatiga crónica

Los protocolos de tratamiento convencionales tratan los síntomas en lugar de las causas subyacentes. A menudo, a las personas con síndrome de fatiga crónica se les recetan antidepresivos y pastillas para dormir. En muchos casos, los efectos secundarios de estos medicamentos son peores que los síntomas originales.

Según un estudio del Journal of Alternative and Complementary Medicine, la acupuntura, la meditación, el magnesio, la l-carnitina y la SAM-e (S-adenosil metionina) son las más prometedoras en el tratamiento del síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia.

Paso 1: eliminar las sensibilidades alimentarias y los alérgenos

Cada vez más investigaciones apuntan a un vínculo entre las alergias y sensibilidades alimentarias y el síndrome de fatiga crónica. Las alergias a ciertos alimentos, polen, metales y otras sustancias químicas ambientales pueden ser la causa del creciente número de personas con SFC.

Según un estudio publicado en el Scandinavian Journal of Gastroenterology, el SII, la fibromialgia y la fatiga crónica están relacionados, y los investigadores se sorprendieron. En un estudio de 84 pacientes que habían sido remitidos por "problemas digestivos inexplicables", casi todos los pacientes (excepto uno) calificaron para un diagnóstico de SII, el 85% tenía síndrome de fatiga crónica y el 71% tenía fibromialgia. El denominador común, según creen los investigadores de este estudio, es la mala digestión y la sensibilidad a los alimentos.

*Gluten y otras intolerancias comunes

Por ejemplo, una de las sensibilidades alimentarias más comunes de hoy en día es la sensibilidad al gluten. La intolerancia a la lactosa, la alergia a la caseína y la intolerancia a otros alérgenos comunes también pueden estar en la raíz de la fatiga crónica. Otros alérgenos comunes incluyen nueces, maní, lácteos, soya, mariscos y levadura.

*Desequilibrio de cándida

De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Orthomolecular Medicine, ¡un asombroso 83% de los participantes que siguieron una dieta contra la cándida experimentaron una reducción en sus síntomas relacionados con el síndrome de fatiga crónica!

Cuando la cándida no se trata, provoca una respuesta inmunitaria inflamatoria y crea agujeros en el revestimiento intestinal, lo que lleva a un intestino permeable.

*Caseína

La caseína, una proteína de los lácteos, puede causar reacciones alérgicas graves. Una alergia a la caseína es más que una simple sensibilidad a la lactosa; proviene del sistema inmunitario que produce anticuerpos para proteger contra las proteínas y puede hacer que el cuerpo libere histamina. Esto puede causar urticaria, congestión nasal, sibilancias, hinchazón de los labios, boca, lengua, cara o garganta e incluso anafilaxia.

Por supuesto, la mejor manera de evitar estos síntomas es evitar la caseína. Esta proteína se concentra en productos lácteos ricos en proteínas, como yogur, leche, queso y helado. Sin embargo, la mayoría de las personas no tendrán problemas con el ghee o la mantequilla clarificada.

*H. Pylori

Además, se cree que la bacteria llamada H. pylori es un factor contribuyente y es común en casi dos tercios de la población mundial. Esta bacteria hostil ataca el revestimiento del estómago; si no se tratan, estos gérmenes pueden provocar úlceras estomacales.

Los investigadores descubrieron que una vez que H. pylori estaba fuera del cuerpo de los participantes del estudio, sus síntomas físicos y psicológicos, incluidos los del SII, la fibromialgia y la fatiga crónica, mejoraron.

Paso 2: Aumenta su consumo de vitamina B

Según un estudio publicado en el Journal of Royal Society of Medicine, los investigadores encontraron una relación directa entre los niveles reducidos de vitamina B y el síndrome de fatiga crónica.

*Vitamina B6

El estudio se centró en la B-6, la riboflavina y la tiamina, y los investigadores creen que la B6 (o piridoxina) es especialmente importante. Los alimentos ricos en vitamina B6 incluyen atún salvaje y salmón, plátanos, carne de res alimentada con pasto, papas, pavo, avellanas, ajo y espinacas cocidas.

La vitamina B6 ayuda a prevenir y aliviar la fatiga y apoya un sistema inmunológico saludable. Como se indicó anteriormente, algunos investigadores creen que ciertos virus juegan un papel en el SFC, por lo tanto, aumentar los niveles de B6 puede ser un tratamiento útil. B6 ayuda a apoyar el funcionamiento de las células T, lo que les permite combatir las infecciones con mayor destreza.

*Importancia de la metilación

La metilación es el término dado al proceso en el cuerpo donde los compuestos de metilo (un átomo de carbono, tres de hidrógeno) se utilizan en las funciones críticas del cuerpo: función inmunológica, producción de energía, estado de ánimo, inflamación, función nerviosa, desintoxicación e incluso ADN. — todos los cuales son desafíos en pacientes con síndrome de fatiga crónica.

La metilación lo ayuda a procesar toxinas, producir hormonas e incluso ayuda en la producción de neurotransmisores como la melatonina. Qué tan bien su cuerpo puede metilar los efectos de todas estas áreas importantes. La metilación deficiente puede conducir a una variedad de afecciones crónicas, incluidos ciertos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes, alergias, malestar digestivo, trastornos del estado de ánimo y psiquiátricos, y fatiga crónica.

*Vitamina B12

La metilación requiere vitamina B6, folato y B12 para metilar y que el cuerpo funcione a nivel celular. Cuando tienes una deficiencia de vitamina B12, el proceso de metilación se ve afectado y puede causar numerosas disfunciones que contribuyen directamente al síndrome de fatiga crónica.

Muchos síntomas de la deficiencia se hacen eco de los síntomas del SFC. Estos incluyen falta de motivación, poca energía, falta de concentración, mala memoria, cambios de humor emocionales, fatiga, tensión muscular y más.

La vitamina B12 puede aumentar la energía, reducir la depresión, prevenir la degeneración neurológica y proteger contra algunos tipos de cáncer. B12 es un nutriente crítico que apoya el ciclo de metilación y puede ayudar a estimular un mejor estado de ánimo, más energía y una mejor función cognitiva.

Los veganos y los vegetarianos corren un riesgo particular de deficiencia de B12, ya que se encuentra más comúnmente en los alimentos de origen animal. Los alimentos ricos en vitamina B12 incluyen hígado de res de vacas alimentadas al libre pastoreo, sardinas, atún, cordero, leche cruda, huevos y salmón salvaje.

Paso 3: Aumentar la ingesta de potasio y magnesio

Las investigaciones muestran que tanto el potasio como el magnesio pueden ayudar a mejorar los síntomas asociados con el síndrome de fatiga crónica.

*Magnesio

En un estudio publicado en la revista médica británica The Lancet, se descubrió que los pacientes con síndrome de fatiga crónica tenían niveles bajos de magnesio que representaban un recuento bajo de glóbulos rojos.

En este estudio, los pacientes que fueron tratados con suplementos de magnesio reportaron mejores niveles de energía, un estado emocional más equilibrado y menos dolor. Al final del estudio de seis semanas, todos los pacientes que recibieron magnesio tuvieron niveles normales de magnesio en los glóbulos rojos.

Si padeces síndrome de fatiga crónica, considere agregar a su dieta estos alimentos ricos en magnesio: espinacas, acelgas, semillas de calabaza, yogur y kéfir, almendras, frijoles negros, aguacates, higos, chocolate amargo y plátanos.

Estos deliciosos alimentos pueden ayudarlo a superar la fatiga crónica, uno de los síntomas de una deficiencia de magnesio, y respaldar una función nerviosa saludable, niveles saludables de azúcar en la sangre, regulación de la presión arterial y mucho más.

*Potasio

El potasio es responsable del equilibrio electrolítico adecuado en el cuerpo. Los alimentos ricos en potasio incluyen aguacates, espinacas, batatas, agua de coco, kéfir y yogur, frijoles blancos, plátanos, calabaza, chabacano  secos y champiñones.

Los síntomas de una deficiencia de potasio incluyen los síntomas comunes del SFC: fatiga, irritabilidad y calambres musculares. Comer una dieta rica en potasio puede ayudar a aliviar estos síntomas, especialmente cuando se han eliminado los alimentos que causan alergias.

Paso 4: Rebalancea

El SFC puede ser debilitante tanto física como mentalmente. Sufrir de agotamiento persistente, cognición cerebral reducida, dolor muscular y articular crónico, estrés e incluso culpabilidad afecta el cuerpo y la psique.

El control del estrés y la relajación a largo plazo deben ser una parte vital de cualquier protocolo que se utilice para superar el síndrome de fatiga crónica. Si bien parece imposible, es imperativo que las personas que padecen SFC hagan todo lo posible para controlar el estrés y descansar de manera efectiva.

-Realiza ejercicio regularmente                                                                                              -Implementa una rutina de sueño                                                                                        -Evita cafeína, alcohol y tabaco                                                                                              -Incluye técnicas de relajación