Un enfoque de medicina integrativa para la enfermedad de Alzheimer: pruebas, nutrición y suplementos

La enfermedad de Alzheimer es una afección que afecta al cerebro y que lentamente causa problemas con la memoria, el pensamiento y la realización de tareas simples. Por lo general, comienza a mostrar síntomas en personas de alrededor de 60 años. También existe una forma rara de la enfermedad que puede afectar a personas de entre 30 y 60 años, llamada Alzheimer de aparición temprana. Se sabe que la enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia en adultos mayores.

La enfermedad recibe su nombre de un médico llamado Alois Alzheimer. En 1906, notó e informó cambios en el cerebro de una mujer que tenía una extraña enfermedad mental y había fallecido. Tenía problemas con la memoria, el lenguaje y un comportamiento impredecible. Alzheimer encontró placas y haces enredados después de examinar su cerebro. Estos ovillos y placas en el cerebro aún se consideran características importantes de la enfermedad de Alzheimer. Otra característica es la pérdida de las conexiones entre las células nerviosas del cerebro. Las células nerviosas envían mensajes entre varias regiones del cerebro y también desde el cerebro a los órganos y músculos del cuerpo. También se producen otros cambios complejos en el cerebro con el Alzheimer.

Al principio, este daño afecta a partes del cerebro que son importantes para la memoria, como la corteza entorinal y el hipocampo. Más adelante, afecta a áreas de la corteza cerebral, que son responsables del razonamiento, el lenguaje y el comportamiento social. Con el tiempo, también se dañan muchas otras áreas del cerebro.

Síntomas de la enfermedad de Alzheimer

En las primeras etapas del Alzheimer, los problemas de memoria suelen ser el primer signo. Sin embargo, los síntomas iniciales pueden variar de una persona a otra. También pueden verse afectados otros aspectos del pensamiento, como tener problemas para encontrar las palabras correctas, experimentar problemas de visión o espaciales y tener un razonamiento o juicio deteriorados. Una afección llamada deterioro cognitivo leve (DCL) puede ser un indicio temprano de Alzheimer, pero no todas las personas con DCL desarrollarán la enfermedad.

A medida que avanza el Alzheimer, las tareas cotidianas se vuelven un desafío para las personas con la enfermedad. Pueden tener dificultades con actividades como conducir un automóvil, cocinar una comida o administrar sus finanzas. Pueden hacer las mismas preguntas repetidamente, desorientarse fácilmente, extraviar objetos en lugares inusuales y tener dificultad para entender cosas simples. A medida que la enfermedad empeora, algunas personas pueden preocuparse, enojarse o mostrar un comportamiento violento.

¿Qué causa la enfermedad de Alzheimer?

Los científicos aún no comprenden por completo la causa exacta de la enfermedad de Alzheimer. Se cree que no existe una única causa sino varios factores que pueden afectar a cada persona de manera diferente.

Un factor de riesgo bien conocido para el Alzheimer es la edad. Envejecer aumenta las probabilidades de desarrollar la enfermedad. También se cree que los antecedentes familiares juegan un papel, ya que la genética puede contribuir al desarrollo del Alzheimer. Sin embargo, tener antecedentes familiares de la enfermedad no significa que alguien la vaya a padecer definitivamente. Llevar un estilo de vida saludable, que incluya actividad física regular, una dieta nutritiva, un consumo limitado de alcohol y no fumar, podría ayudar a reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer.

Los cambios en el cerebro pueden comenzar muchos años antes de que aparezcan los primeros síntomas. El cerebro consta de miles de millones de células nerviosas diferentes que se comunican entre sí. Tienen distintas funciones, como pensar, aprender, recordar y procesar información sensorial. Las células cerebrales necesitan energía y oxígeno para funcionar correctamente y dependen de procesos coordinados dentro de las células para mantener su salud.

En la enfermedad de Alzheimer, ciertas partes de los procesos de las células comienzan a funcionar mal, aunque no está claro dónde comienza el problema. Cuando un sistema falla, afecta a otras áreas. A medida que el daño se extiende, las células pierden su capacidad de funcionar correctamente y finalmente mueren, lo que provoca cambios irreversibles en el cerebro.

Hay dos estructuras anormales, las placas y los ovillos, que se cree que contribuyen a dañar y matar las células nerviosas. Las placas son depósitos de beta-amiloide (un fragmento de proteína) que se acumulan entre las células nerviosas, y los ovillos son fibras retorcidas de tau, una proteína que se acumula dentro de las células. Los estudios de autopsias han demostrado que la mayoría de las personas desarrollan algunas placas y ovillos a medida que envejecen. Pero las personas con Alzheimer tienden a tener muchas más y en un patrón específico, comenzando en áreas relacionadas con la memoria antes de extenderse a otras regiones del cerebro.

El papel exacto de las placas y los ovillos en la enfermedad de Alzheimer aún no se entiende por completo. Sin embargo, la mayoría de los expertos creen que interrumpen la comunicación entre las células nerviosas e interfieren en los procesos celulares vitales, lo que lleva a la destrucción y muerte de las células nerviosas. En última instancia, esto da como resultado pérdida de memoria, cambios en la personalidad, dificultades con las actividades diarias y otros síntomas de la enfermedad de Alzheimer.

Investigación basada en evidencia de la medicina integrativa sobre la prevención de la enfermedad de Alzheimer

Los enfoques de la medicina integrativa para la prevención de la enfermedad de Alzheimer se centran en la combinación de varios enfoques para promover la salud cerebral y disminuir el riesgo de desarrollar la enfermedad. La investigación muestra que las modificaciones del estilo de vida, como los cambios en la dieta, el ejercicio físico, la estimulación mental, la socialización, la musicoterapia y las técnicas de reducción del estrés como la meditación, pueden ser beneficiosas para prevenir el Alzheimer y mejorar la función cognitiva. La integración de estos enfoques en los programas de prevención del Alzheimer muestra resultados prometedores para mejorar la salud cerebral y la calidad de vida general de las personas en riesgo de desarrollar la enfermedad.

Nutrición para la prevención de la enfermedad de Alzheimer

La nutrición desempeña un papel crucial en la prevención de la enfermedad de Alzheimer al promover una comunicación saludable entre las células cerebrales y reducir el riesgo de pérdida de sinapsis. Dos dietas investigadas científicamente, la dieta MIND y KetoFLEX 12/3, han demostrado beneficios significativos para ralentizar la pérdida de sinapsis y disminuir el riesgo de Alzheimer.

La dieta MIND se centra en el consumo de alimentos de 10 grupos saludables, entre los que se incluyen verduras de hoja verde, frutos rojos, cereales integrales, pescado, aves, legumbres, frutos secos y aceite de oliva. Limita la carne roja, los dulces, el queso, la mantequilla o margarina y la comida rápida o frita. Seguir de cerca la dieta MIND se ha asociado con un menor riesgo de pérdida de sinapsis y un deterioro cognitivo más lento. Los estudios observacionales sugieren que seguir de cerca la dieta MIND puede reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer hasta en un 53 %.

La dieta KetoFLEX 12/3 es una dieta cetogénica moderada basada en plantas que hace hincapié en alimentos integrales ricos en nutrientes, que incluyen verduras sin almidón, proteínas adecuadas y grasas saludables. También implica un período de ayuno de 12 horas, con al menos 3 horas de ayuno antes de acostarse. Los resultados preliminares de los ensayos clínicos realizados por el Dr. Bredesen, un reconocido neurocientífico, han demostrado una mejora de los resultados cognitivos en el 84 % de los participantes.

Al adoptar estos enfoques basados ​​en la nutrición, las personas pueden potencialmente proteger su salud cerebral y reducir el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer.

Suplementos y hierbas para la prevención de la enfermedad de Alzheimer

Los suplementos dietéticos suelen promocionarse como una forma de mejorar la memoria y la salud cerebral. Sin embargo, en este momento, hay evidencia limitada que respalde la eficacia de la mayoría de los suplementos que se están considerando para prevenir la enfermedad de Alzheimer, y es necesario realizar más investigaciones para obtener evidencia concluyente. Por ejemplo, las investigaciones sugieren que el consumo de omega-3 a través del consumo de pescado puede tener algunos efectos positivos en la prevención del deterioro cognitivo. Sin embargo, no se ha demostrado que los suplementos de omega-3 sean útiles para tratar el Alzheimer. En el caso de la vitamina E, hay estudios limitados sobre su papel en la prevención o el tratamiento del Alzheimer. Sin embargo, la evidencia de calidad moderada de un solo estudio sugiere que la vitamina E podría retrasar el deterioro funcional en personas con esta afección.

En el caso de la medicina herbal, las últimas investigaciones son prometedoras para estas plantas medicinales como posibles tratamientos complementarios para el Alzheimer. Estas fuentes naturales han demostrado efectos antiinflamatorios, antioxidantes y de mejora cognitiva. A continuación, se indican algunas de las hierbas prometedoras para mejorar el Alzheimer:

Curcumina

La curcumina actúa como un agente antioxidante, antiinflamatorio y lipofílico, que puede mejorar las funciones cognitivas en pacientes con Alzheimer. Varios factores contribuyen al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, incluidos el estrés oxidativo, los radicales libres, las placas beta-amiloide, la toxicidad de los biometales y las reacciones inflamatorias anormales. Se ha demostrado que los efectos de la curcumina, como la reducción de las placas beta-amiloide, la protección de las neuronas de la degradación, la quelación de metales, la reducción de la inflamación, la actuación como antioxidante y la inhibición de la formación de microglia, mejoran la memoria general en pacientes con Alzheimer.

Ashwagandha

Se ha demostrado que la ashwagandha favorece la regeneración del tejido neuronal y revierte la disfunción mitocondrial, mejorando la producción de energía en las células cerebrales. Los estudios han demostrado que la ashwagandha puede mejorar varias funciones cognitivas, como la memoria de trabajo auditivo-verbal, la función ejecutiva, la velocidad de procesamiento y la cognición social en pacientes con Alzheimer.

Bacopa Monnieri

La bacopa actúa como un agente antioxidante y antiinflamatorio, protegiendo al cerebro de daños. Mejora la memoria, la atención y la función ejecutiva, mejorando las capacidades cognitivas. Además, la bacopa bloquea la producción de Aβ, una proteína asociada con la enfermedad de Alzheimer, y previene la muerte de las células neuronales. También ayuda a retrasar el envejecimiento cerebral.

Centella asiática

La centella asiática actúa como un neurocéutico y cognicéutico, lo que significa que apoya la función cerebral y la cognición. La centella asiática reduce el estrés oxidativo, los niveles de Aβ (asociados con la enfermedad de Alzheimer) y la apoptosis (muerte celular). Promueve el crecimiento dendrítico (conexiones entre las células cerebrales) y apoya la salud mitocondrial. Además, mejora el estado de ánimo y la memoria, mejorando el rendimiento general del cerebro.

Melena de león

Se ha demostrado que la melena de león es neuroprotectora y antiinflamatoria al tiempo que mejora la cognición, bloquea la producción de Aβ y estimula el crecimiento de la neurotransmisión.

Azafrán

El azafrán actúa como un antioxidante, protegiendo contra el daño celular. El azafrán también es antiamiloidogénico, lo que significa que ayuda a prevenir la formación de placas amiloides dañinas en el cerebro. Posee propiedades antiinflamatorias, lo que reduce la inflamación en el cerebro. Además, el azafrán tiene efectos antidepresivos, lo que ayuda a mejorar el estado de ánimo. Ayuda a la inmunomodulación, lo que favorece el funcionamiento del sistema inmunológico. Por último, el azafrán proporciona neuroprotección, lo que ayuda a salvaguardar la salud de las células cerebrales.

En general, si bien algunos productos y suplementos naturales han demostrado efectos clínicos en la prevención del deterioro cognitivo y la mejora del Alzheimer, se necesitan más investigaciones para descubrir sus efectos y mecanismos exactos.

Meditación

Se ha investigado la meditación por su potencial para prevenir el Alzheimer. Se ha demostrado que la meditación, específicamente Kirtan Kriya (KK), mejora la cognición y el bienestar y reduce el riesgo de neurodegeneración. KK es una forma sencilla de meditación que solo requiere 12 minutos al día y se ha demostrado que mejora la memoria. Los estudios descubrieron que esta técnica mejora el sueño, reduce la depresión y la ansiedad, regula los genes relacionados con la inflamación, fortalece el sistema inmunológico, mejora los genes involucrados en la regulación de la insulina y la glucosa y aumenta la actividad de la telomerasa (una enzima que mantiene vivas las células por más tiempo) en un 43%, que es el aumento más grande jamás registrado. KK también mejora el bienestar psicoespiritual, que es crucial para mantener la función cognitiva y prevenir el Alzheimer. KK es fácil de aprender y practicar, lo que lo hace adecuado para personas mayores.

Terapia musical

La musicoterapia es una herramienta poderosa para los pacientes con enfermedad de Alzheimer. Les permite reconectarse con su identidad personal, recordar momentos importantes de sus vidas y reconocer a sus seres queridos. Aunque el Alzheimer es una enfermedad progresiva e incurable, la musicoterapia ofrece a los pacientes una forma de aferrarse a la realidad y encontrar alegría en sus vidas. La exposición regular a la musicoterapia es importante para una mejora sostenida de los síntomas. Los cuidadores, familiares, enfermeras y profesionales de la salud pueden incorporar esta intervención beneficiosa en la vida diaria de los pacientes con Alzheimer. El uso de la musicoterapia puede mejorar enormemente la calidad de vida general de los pacientes con Alzheimer y brindar comodidad tanto a los pacientes como a sus familias.

Ejercicio

Se ha descubierto que el ejercicio tiene múltiples beneficios para el cerebro, en particular el ejercicio aeróbico sostenido, como caminar a paso ligero o nadar. Si bien no se comprenden completamente los mecanismos exactos, se cree que el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo al cerebro y mejora la función y la salud de los vasos sanguíneos, lo que a su vez mejora la función cerebral.

Al mejorar el flujo sanguíneo, el ejercicio ayuda a llevar oxígeno y nutrientes a las áreas críticas del cerebro responsables de la memoria y el pensamiento. También ayuda a limpiar los desechos como el colesterol de los vasos sanguíneos, lo que promueve su salud. Los vasos sanguíneos fuertes y saludables contribuyen a la capacidad del cerebro para combatir enfermedades y tolerar daños.

Ya se sabe que el ejercicio tiene numerosos beneficios para la salud cardiovascular, el metabolismo, el estado de ánimo y la reducción del estrés. Ahora se está explorando como un posible medicamento para el cerebro, que ofrece múltiples beneficios sin efectos secundarios negativos. Es prometedor como una intervención que las personas pueden adoptar voluntariamente para apoyar la salud cerebral.