Hepatitis viral: cómo abordarla desde la medicina funcional

La palabra hepatitis puede sonar alarmante, y con razón: se trata de una inflamación del hígado que, si no se trata adecuadamente, puede tener consecuencias graves. Sin embargo, desde la medicina funcional, entendemos que el cuerpo tiene una gran capacidad de sanar… si se le dan las herramientas correctas. En este artículo, te explico qué es la hepatitis viral, cómo impacta al cuerpo, y cómo podemos abordarla de forma integral para apoyar al hígado y al sistema inmune en su recuperación.
¿Qué es la hepatitis viral?
La hepatitis viral es una infección del hígado causada por diferentes virus, los más comunes son los tipos A, B, C, D y E. Cada uno se transmite de forma diferente y puede afectar al organismo en distintos grados:
- Hepatitis A y E: generalmente se transmiten por alimentos o agua contaminada. Suelen ser agudas y el cuerpo las puede resolver por sí mismo.
- Hepatitis B, C y D: se transmiten por contacto con sangre u otros fluidos corporales. Pueden volverse crónicas y causar daño hepático a largo plazo si no se tratan.
¿Por qué es tan importante cuidar el hígado?
El hígado es uno de los órganos más vitales del cuerpo. Filtra toxinas, regula el metabolismo, produce bilis para digerir las grasas, almacena vitaminas y minerales, y tiene un rol clave en el equilibrio hormonal. Cuando el hígado está inflamado —como ocurre en la hepatitis— muchas de estas funciones se ven afectadas, lo que repercute en todo el organismo.
El enfoque funcional: ir más allá del diagnóstico
Desde la medicina funcional no solo buscamos controlar los síntomas o atacar al virus, sino entender el terreno interno: ¿por qué este virus encontró un entorno propicio para proliferar? ¿Qué tan fuerte está el sistema inmunológico? ¿Está el hígado sobrecargado por toxinas, fármacos, alcohol o estrés? ¿Cómo está la microbiota intestinal, que influye directamente en la función hepática?
El objetivo es apoyar al cuerpo para que se autorregule, reduciendo la inflamación, mejorando la detoxificación y reforzando la inmunidad.
Estrategias funcionales para apoyar al hígado en casos de hepatitis viral
1. Nutrición antiinflamatoria y hepato-protectora
Una alimentación limpia es clave. Se recomienda:
- Eliminar alcohol, azúcares refinados, ultraprocesados y grasas trans.
- Consumir alimentos que apoyen la función hepática: verduras amargas (rúcula, diente de león, alcachofa), crucíferas (brócoli, col, kale), cúrcuma, ajo y cebolla.
- Incluir antioxidantes naturales como frutos rojos, granada y té verde.
2. Apoyar la detoxificación del hígado
El hígado tiene dos fases de detoxificación. Para apoyarlas, es útil incluir:
- Proteína de buena calidad (legumbres, pescado, huevo, semillas).
- Glutatión (antioxidante clave para el hígado, presente en aguacate, espárragos y brócoli).
- Suplementos como N-acetilcisteína (NAC), ácido alfa lipoico o cardo mariano, siempre bajo supervisión médica.
3. Regular el sistema inmunológico y el estrés
El estrés crónico puede debilitar al sistema inmune y agravar la inflamación hepática.
- Practicar meditación, respiración consciente, yoga o caminatas al aire libre.
- Dormir al menos 7-8 horas por noche, ya que el hígado se regenera principalmente durante el descanso profundo.
4. Evaluar toxicidad y exposición a químicos
Muchos productos de limpieza, cosméticos o plásticos contienen toxinas hepáticas. Optar por opciones naturales, reducir el uso de fármacos innecesarios y evitar el contacto con metales pesados puede marcar una gran diferencia.
Casos crónicos: la importancia del acompañamiento médico-funcional
En hepatitis B o C crónica, el trabajo conjunto entre el hepatólogo y el médico funcional puede optimizar los resultados. Mientras que la medicina convencional puede controlar la carga viral o frenar la progresión de la enfermedad, el enfoque funcional trabaja en paralelo fortaleciendo al huésped: tú.