Alternativas al azúcar: mitos y realidades.
Todos conocemos los efectos que causa el azúcar en nuestro organismo. Sus consecuencias van desde debilitar el sistema inmune, incrementar el azúcar en la sangre, agotar las fuentes de minerales, inhibir la producción de serotonina, generar inflamación y perjudicar la salud dental, entre varias consecuencias.
Encontramos muchos endulzantes artificiales y naturales en el mercado, generando mucha confusión a la hora de elegir cuál puede ser el mejor para nosotros.
Empecemos por los endulzantes artificiales como; sacarina, sucralosa, aspartamo, acesulfame k, advantamo y neotamo. Los encontramos en la mayoría de productos procesados, como refrescos, yoghurts, dulces, gelatinas y en productos “light”.
Debemos evitarlos, ya que muchos estudios los vinculan con incrementar el apetito y el aumento de peso, aumentar la producción de insulina, alterar la microbiota e hipertensión, siendo agresivos para nuestro organismo.
Luego vamos a encontrar los endulzantes de origen natural, como los polialcoholes, la estevia, el fruto del monje y la alulosa.
Todos estos son de origen natural, pero debemos tener mas precaución con algunos de ellos.
Los polialcoholes que son obtenidos a partir de azúcares simples, mediante el proceso de hidrólisis enzimática, son carbohidratos bajos en calorías, terminan todos en “OL”, como sorbitol, maltitol, xilitol, lactitol y eritritol. Dejan un sabor mentolado y aportan volumen en preparaciones.
Entre sus efectos adversos, encontramos que causan molestias intestinales, diarrea, alteran la microbiota. El que menos efectos adversos tiene es el ERITRITOL, el cuál se usa como agente de relleno para combinar con el fruto del monje o la estiva. Da volumen a las preparaciones y endulza el 70% en comparación al azúcar.
Fruto del monje. Esta pequeña fruta originaria de Asia, endulza 200 veces más que el azúcar, por eso lo suelen mezclar con eritritol o alulosa, ya que aportan volumen. Resiste grandes temperaturas y es un endulzan noble, que no eleva la glucosa en sangre. El inconveniente en usarlo puro es su sabor y lo difícil que es calcular cantidades por su potencia de dulzor.
Estevia: Planta originaria de Sudamérica, endulza 30 veces más que el azúcar, pero no aumenta la glucosa en la sangre. Buscar la versión pura, en hojas o gotas, ya que muchas veces en el mercado la encontramos mezclada con endulzantes artificiales.
Alulosa: Denominada como “azúcar raro”, este monosacárido de origen natural tiene la ventaja de no metabolizarse, por lo tanto no eleva el azúcar en la sangre. Al igual que el eritritol, endulzan un 70% en comparación al azúcar de mesa.
En resumen, cada vez que consumimos algo dulce sin calorías, enviamos un mensaje al cerebro que dice “Esto es dulce pero no aporta energía”, activando diferentes rutas y buscando compensar ingiriendo comida de más.
Rotemos los endulzantes y usemos poca cantidad.
Bajemos la expectativa de dulzor de nuestras preparaciones, independientemente de lo que usemos, comiendo de manera equilibrada y bajando los niveles de dulzor, es cómo logramos controlar los antojos continuos de azúcar.