¿Sabes qué es el trasplante médula ósea?

¿Sabes qué es el trasplante médula ósea?

Un trasplante de células madre o de médula ósea reemplaza las células sanguíneas dañadas por otras sanas. Se puede usar para tratar afecciones que afectan las células sanguíneas, como la leucemia y el linfoma.

Las células madre son células especiales producidas por la médula ósea (un tejido esponjoso que se encuentra en el centro de algunos huesos) que pueden convertirse en diferentes tipos de células sanguíneas.

Los 3 tipos principales de glóbulos en los que pueden convertirse son:

  • Glóbulos rojos: Su función es transportar oxígeno a los tejidos corporales e intercambiarlo por dióxido de carbono, el cual es transportado y eliminado por los pulmones.
  • Glóbulos blancos: forman parte del sistema inmunitario. Ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades
  • Plaquetas: células sanguíneas llamadas trombocitos y ayudan a que la sangre se coagule, por lo que se detiene el sangrado.

Un trasplante de células madre consiste en destruir las células sanguíneas no saludables y reemplazarlas con células madre extraídas de la sangre o la médula ósea.

¿Por qué se realizan los trasplantes de células madre?

Los trasplantes de células madre se usan para tratar afecciones en las que la médula ósea está dañada y ya no puede producir células sanguíneas sanas.

También se pueden realizar trasplantes para reemplazar las células sanguíneas dañadas o destruidas como resultado del tratamiento intensivo del cáncer.

Las condiciones para las que se pueden usar los trasplantes de células madre incluyen:

  • Anemia aplásica grave
  • Leucemia: un tipo de cáncer que afecta a los glóbulos blancos
  • Linfoma: otro tipo de cáncer que afecta a los glóbulos blancos
  • Mieloma: cáncer que afecta a las células llamadas células plasmáticas
  • Ciertos trastornos sanguíneos, del sistema inmunitario y metabólicos: anemia de células falciformes, talasemia, inmunodeficiencia combinada grave (SCID) y síndrome de Hurler.

Por lo general, solo se llevará a cabo un trasplante de células madre si otros tratamientos no han ayudado, los beneficios potenciales de un trasplante superan los riesgos.

¿Qué implica un trasplante de células madre?

Un trasplante de células madre puede implicar tomar células madre sanas de la sangre o la médula ósea de una persona, idealmente un familiar cercano con el mismo tipo de tejido o uno similar y transferirlas a otra persona. Esto se llama trasplante alogénico.

También es posible extraer células madre de tu propio cuerpo y trasplantarlas más tarde, después de que se hayan extraído las células dañadas o enfermas. Esto se llama trasplante autólogo.

Otro tipo de trasplante es el de la sangre de cordón umbilical. En este tipo de trasplante se utilizan células madre de la sangre del cordón umbilical. El cordón umbilical conecta al feto con su madre antes del nacimiento. Después del nacimiento, el bebé no lo necesita. Los centros oncológicos de todo el mundo utilizan la sangre del cordón umbilical.

Trasplante padre-hijo y trasplante de haplotipos no coincidentes. Las células de un padre, hijo, hermano o hermana no siempre coinciden perfectamente con el tipo de HLA de un paciente, pero tienen una coincidencia del 50 %. Los médicos utilizan este tipo de trasplantes con más frecuencia para ampliar el uso de los trasplantes como un tratamiento eficaz contra el cáncer.

¿Cómo funciona un trasplante de médula ósea/células madre?

En general, el proceso incluye la recolección de las células madre de reemplazo, el paciente que recibe tratamientos para preparar su cuerpo para el trasplante, el día del trasplante y luego el período de recuperación.

A menudo, se puede colocar un catéter en el tórax del paciente que permanece durante el proceso de trasplante. Se puede administrar quimioterapia, otros medicamentos y transfusiones de sangre a través de un catéter. Un catéter reduce en gran medida la cantidad de agujas que se utilizan en la piel, ya que los pacientes necesitarán análisis de sangre regulares y otros tratamientos durante un trasplante.

Tener un trasplante de células madre puede ser una experiencia intensa y desafiante. Por lo general, se deberá permanecer en el hospital durante un mes o más hasta que el trasplante comience a surtir efecto y puede llevar uno o dos años recuperarse por completo.